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INTRODUCCIÓN Y EPIDEMIOLOGÍA
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El traumatismo torácico cerrado causa daño por lesión directa, compresión y fuerzas de aceleración o desaceleración, mientras que el traumatismo torácico penetrante causa lesión directa a lo largo de la trayectoria de una herida penetrante o de un proyectil. Por lo general, las lesiones afectan los pulmones y con menor frecuencia, al corazón y grandes vasos. Al margen del mecanismo, la estabilización y el tratamiento de estos pacientes sigue una vía similar. En general, las víctimas con lesiones penetrantes que sobreviven para llegar al hospital tienen mejores resultados que los que sufren contusiones torácicas. El traumatismo torácico cerrado por estallidos se describe en el capítulo 7, “Lesiones por bombas, explosiones y aplastamiento” 8.a ed. Las lesiones torácicas penetrantes en la “caja cardiaca” (véase fig. 262–1), un área delimitada por la escotadura esternal, la apófisis xifoides y los pezones, son razón para presuponer lesiones cardiacas o en los grandes vasos hasta demostrar lo contrario.
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Las lesiones torácicas cerradas representan hasta un cuarto de todas las muertes y el traumatismo de la pared torácica es un componente del 10% de las hospitalizaciones por traumatismo.1,2 Los traumatismos penetrantes que causan lesión de la pleura por lo general ocasionan neumotórax, con hemotórax acompañante en la mayoría de los casos. En pacientes con politraumatismo, el traumatismo torácico es la tercera causa más frecuente de muerte después del abdominal y el craneoencefálico.3 El mecanismo de lesión y la gravedad del daño hístico son pronósticos de la evolución clínica y el resultado.2,4
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El tórax está limitado en la parte superior por las clavículas y en la inferior por el diafragma. Existen 12 pares de costillas que se proyectan al frente desde las vértebras torácicas, los 10 superiores terminan en una articulación cartilaginosa con el esternón y los dos pares inferiores “flotan” de manera libre. El diafragma muscular tiene fibras musculares que se insertan en las costillas 6 a 12, y en la parte posterior en las vértebras T12, L1 y L2. La cavidad torácica está creada por una membrana pleural que cubre el interior de dicha cavidad (la pleura parietal) y se pliega sobre sí misma para cubrir los pulmones y otras estructuras torácicas intratorácicas (la pleura visceral). El pulmón derecho tiene tres lóbulos y el izquierdo dos. El mediastino en el centro de la cavidad torácica, entre los pulmones, contiene el corazón y sus vasos sanguíneos relacionados, la tráquea, los nervios frénicos y cardiacos, el esófago y el conducto torácico. La tráquea desciende desde la laringe y se ramifica en varios niveles de bronquios antes de ingresar a los alveolos, donde se intercambian los gases en el pulmón (fig. 261–1).
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