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El sistema vestibular incluye los receptores vestibulares periféricos, el componente vestibular de los pares VIII, y los núcleos vestibulares y sus proyecciones centrales. Participa en el mantenimiento de la posición y de la postura corporal; la coordinación de los movimientos del cuerpo, la cabeza y los ojos, y la fijación visual.
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El laberinto membranoso es la pared externa ósea del oído interno, situado dentro del hueso temporal. Está lleno de endolinfa y rodeado por perilinfa, que se encuentra en el espacio laberíntico óseo dentro del hueso temporal de la base del cráneo (figura 17–1). Dos sistemas sensoriales especiales reciben sus aferencias desde estructuras en el laberinto membranoso: el sistema auditivo, desde la cóclea (véase Anatomía y función, en el capítulo 16), y el sistema vestibular, desde el resto del laberinto.
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El laberinto estático proporciona información con respecto a la posición de la cabeza en el espacio; incluye las áreas sensoriales especializadas situadas dentro del sáculo y el utrículo (figura 17–1). Dentro del utrículo y el sáculo, hay otolitos (pequeños cristales de carbonato de calcio, también llamados otoconias) situados adyacentes a células pilosas agrupadas en regiones maculares. Los otolitos desplazan las prolongaciones de las células pilosas y excitan el utrículo y el sáculo en respuesta a aceleración horizontal y vertical.
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El laberinto cinético consta de tres canales semicirculares. Cada canal termina en una ampolla agrandada, que contiene células pilosas, dentro de un área receptora llamada la cresta ampollar. La rotación de la cabeza desplaza una partición gelatinosa (cúpula), que cubre cada ampolla, lo que desplaza las células pilosas de modo que generan impulsos. Los tres canales semicirculares están orientados en 90° uno con otro, lo que proporciona un mecanismo que es sensible a rotación a lo largo de cualquier eje.
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Las ramas vestibulares de las células bipolares en el ganglio vestibular discurren desde los receptores especializados (células pilosas) en las ampollas y desde las máculas del utrículo y el sáculo. Las ramas centrales corren dentro del componente vestibular del par craneal VIII para entrar al tallo cerebral y finalizar en los núcleos vestibulares (figuras 17–1 y 17–2; véase Tractos descendentes, en el capítulo 7).
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