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Los estudios de imágenes del encéfalo proporcionan información diagnóstica esencial, y son muy útiles para investigación sobre el encéfalo. Las imágenes del cráneo, el encéfalo y sus vasos, y los espacios en el encéfalo que contienen líquido cefalorraquídeo pueden ayudar inmensurablemente en la localización de lesiones. De manera conjunta con el examen físico y el interrogatorio, los estudios de imágenes proporcionan indicios importantes para el diagnóstico. En casos urgentes, las imágenes de pacientes inconscientes quizá sean la única información diagnóstica disponible.
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La tomografía computarizada (CT, computed tomography), las imágenes de resonancia magnética (MRI, magnetic resonance imaging) y otros métodos similares de obtención de imágenes por lo general se despliegan para mostrar cortes de la cabeza; se usan comúnmente los planos sagital, coronal (frontal) y horizontal (axial) (figura 22–1).
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Es importante que el médico comprenda las diversas modalidades de obtención de imágenes y que solicite las más útiles. Es esencial correlacionar los resultados de los estudios de imágenes con el cuadro clínico, es decir, con el interrogatorio y el examen neurológico.
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RADIOGRAFÍAS DEL CRÁNEO
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Las radiografías del cráneo constituyen un método sencillo para la obtención de imágenes de calcio y su distribución en el encéfalo y alrededor de éste cuando no se dispone de métodos más precisos. Las radiografías simples del cráneo pueden definir la extensión de una fractura, así como una posible depresión, o determinar la presencia de lesiones encefálicas calcificadas, cuerpos extraños o tumores que afectan el cráneo. Proporcionan imágenes de las estructuras óseas y los agujeros en la base del cráneo y de los senos. Las radiografías del cráneo también brindan evidencia de aumento crónico de la presión intracraneal, acompañado de adelgazamiento del dorso de la silla, y anormalidades del tamaño y la forma de la silla turca, que sugieren tumores hipofisarios grandes. Las radiografías del cráneo a veces se utilizan para investigar si hay objetos metálicos antes de comenzar una MRI de la cabeza.
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La angiografía (arteriografía) de la cabeza y el cuello se utiliza cuando se sospecha una anormalidad de un vaso, como oclusión, malformación o aneurisma (figuras 22–2, 22–3, 22–4, 22–5, 22–6, 22–7, 22–8, 22–9, 22–10, 22–11 y 22–12; véase Ilustración clínica 12–1, en el capítulo 12). La angiografía también se emplea para determinar si la posición de los vasos en relación con las estructuras intracraneales es normal o muestra cambios patológicos. Los aneurismas, las fístulas arteriovenosas, o las malformaciones vasculares se tratan mediante angiografía intervencionista al utilizar balones, una solución que se coagula con rapidez y que actúa como un pegamento, o bolitas ...