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Introducción

Los pulmones reciben aire del exterior a través de las vías aéreas superiores, laringe, tráquea y bronquios principales. Cumplen con la función vital de oxigenar la sangre y recoger el bióxido de carbono proveniente de los tejidos. Además, junto con los riñones, tienen una función fundamental en el equilibrio ácido-básico del organismo. Al recibir el aire ambiental están expuestos a todo tipo de agentes contaminantes capaces de generar enfermedad. La sangre que proviene de los capilares de la circulación sistémica con una baja cantidad de oxígeno y una cantidad alta de bióxido de carbono (producto del metabolismo tisular) se junta en la circulación venosa, llega al ventrículo derecho por las venas cavas y éste lo manda a ambos pulmones a través de la arteria pulmonar y sus ramas.

Los pulmones tienen como función eliminar el bióxido de carbono y permitir el paso de oxígeno a la sangre (intercambio gaseoso), que regresará oxigenada a las cavidades cardiacas izquierdas para su distribución hacia la circulación sistémica.

Otras funciones menos conocidas de los pulmones son el almacenamiento de megacariocitos (precursores de plaquetas) y la producción de sustancias como la enzima convertidora de angiotensina, que convierte la angiotensina I en angiotensina II (reacción que también ocurre a nivel renal), en lo que se ha denominado como “funciones no respiratorias” del pulmón. Las enfermedades pulmonares pueden ser de origen congénito o adquiridas y éstas, a su vez, pueden tener su origen en agentes ambientales que incluyen agentes químicos, físicos y biológicos o debido a alteraciones inmunológicas o a neoplasias.

Pulmón normal

La tráquea se divide en dos bronquios principales que, a su vez, se subdividen en bronquios lobares, segmentarios y subsegmentarios. La división por dicotomía genera ramas cada vez más pequeñas hasta constituir bronquíolos terminales (membranosos) que carecen de cartílago y continúan con los bronquíolos respiratorios, los conductos alveolares y, finalmente, los alvéolos (figura 35-1). En estos últimos es donde se realiza el intercambio gaseoso. La difusión del bióxido de carbono hacia el alvéolo, y del oxígeno del espacio alveolar al capilar ocurre en la membrana alvéolo-capilar constituida por: 1) el endotelio capilar alveolar, 2) el epitelio alveolar y, 3) sus respectivas membranas basales. Los alvéolos están revestidos en su luz por una capa de líquido surfactante, el cual es un agente tensoactivo producido por el epitelio alveolar (compuesto por fosfolípidos y proteínas) que facilita la expansión de los alvéolos. La superficie total de la membrana alveolar varía entre 100 y 200 m2 (superficie equivalente a una cancha de tenis) lo cual significa que los pulmones son el órgano que más superficie de contacto tiene con el medio ambiente (figura 35-2).

Figura 35-1.

A) El sistema respiratorio consiste de una porción conductora y una porción respiratoria. Las vías respiratorias se dividen por dicotomía hasta la formación de los alvéolos (esquema). B) Los bronquios presentan cartílago ...

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