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La hepatitis crónica por virus C (HCV) es una de las principales enfermedades que lleva al trasplante hepático en Latinoamérica y en el mundo.1,2 El trasplante es la única alternativa terapéutica para los pacientes con HCV y enfermedad hepática avanzada descompensada. Por desgracia, la reinfección del injerto es universal en los pacientes que se trasplantan con HCV RNA detectable al momento del trasplante.3 La evolución de la hepatitis C posterior al trasplante es más agresiva que en los pacientes inmunocompetentes y hasta un tercio de los pacientes desarrollan cirrosis en los primeros cinco años tras la cirugía. La sobrevida de los pacientes y del injerto es menor que en los pacientes trasplantados por otras indicaciones.4 Además, entre 2 y 9% desarrolla una forma severa de hepatopatía colestásica que puede terminar en una cirrosis y la posterior muerte del paciente en menos de un año.5
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Es por esto que el principal objetivo del tratamiento de hepatitis crónica por HCV es prevenir el desarrollo de la cirrosis y evitar la necesidad de un trasplante hepático. Cuando la cirrosis está instalada debe tratarse antes de que se descompense a fin de evitar, en la mayoría de los casos, la necesidad del trasplante. En los casos en que esto no es posible, llegar al trasplante con el HCV RNA indetectable es un objetivo deseado, ya que esto se asocia con menor reinfección del injerto y mejor pronóstico a largo plazo.6
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Tratamiento de los pacientes en lista de trasplante
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Tratamientos actuales: terapias basadas en IFN
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El grupo de pacientes en la lista de trasplante es uno de los más difíciles de tratar. Su enfermedad hepática avanzada se asocia con una mala tolerancia y baja tasa de respuesta viral sostenida (RVS) a los tratamientos basados en interferón peguilado (PEG IFN). De modo que esta población, junto con los pacientes en el post-trasplante hepático, son quienes más se beneficiarán con los nuevos tratamientos en desarrollo libres de IFN.
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El tratamiento con doble terapia, PEG IFN asociado a ribavirina (RBV), queda reservado para los pacientes infectados con los genotipos 2 y 3 (G2 y 3); una excepción podrían ser los pacientes infectados con el genotipo 1 con muy buenos predictores de respuesta con IL28B CC y carga viral baja. A partir de la aprobación de la primera generación de inhibidores de proteasas (IP), boceprevir (BOC) y telaprevir (TVR), los pacientes infectados con el genotipo 1 (G1) deben recibir tratamiento con triple terapia: PEG IFN/RBV asociado a un IP.7-9 Sólo deben tratarse con este régimen pacientes que tengan una buena función hepática: score de Child Pugh (CPS) ≤ 7 o score de MELD (Model for End-Stage Liver Disease) ≤ 18.7-10 Cabe reconocer que esta situación es poco común en los pacientes con HCV en lista de ...