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Introducción

El magnesio (Mg) es el segundo catión intracelular más abundante (después del potasio), y el cuarto más abundante del cuerpo; su papel fisiológico es fundamental en múltiples funciones corporales. Las principales propiedades del magnesio son la capacidad de unirse a importantes ligandos aniónicos intracelulares, en particular ATP, además de la habilidad para competir con el calcio por sitios de unión a membranas y proteínas. El magnesio es esencial para la síntesis de ácidos nucleicos y proteínas, fosforilación oxidativa, regulación de la secreción de hormona paratiroidea (PTH) y acciones específicas en diversos órganos, principalmente en los sistemas cardiovascular y neuromuscular. Es un cofactor de más de 300 reacciones enzimáticas. El magnesio funciona como antagonista de los canales de calcio, desempeñando una función central en la modulación de cualquier actividad mediada por cambios en la concentración intracelular de calcio, inclusive la regulación hormonal.

El cuerpo de un adulto promedio contiene entre 21 a 28 g de magnesio. (ver figura 43-1 en la aplicación digital). Un 60% está en los huesos, del cual 30% funciona como reserva para estabilizar los niveles séricos. Casi 20% se encuentra en el músculo esquelético, 19% en otros tejidos blandos y sólo 1% en el líquido extracelular. Las concentraciones séricas normales de magnesio oscilan entre 1.7 y 2.6 mg/dl; 65% se encuentra en estado ionizado (fisiológicamente activo); 20% unido a proteínas (60 a 70% a albúmina y el resto a globulinas), y el restante forma complejos con diferentes aniones como citrato y fosfato. No se ha descrito ningún factor de corrección para los valores de albúmina.

El magnesio es ubicuo en la Naturaleza, abunda en vegetales verdes, nueces, granos enteros, mariscos y carnes. El agua es una fuente importante de magnesio (aproximadamente 10% de la ingesta total diaria). La ingesta diaria recomendada en adultos es de 4.5 mg/kg/día. La dieta habitual de un adulto incluye entre 250 y 300 mg de magnesio; además, se excretan alrededor de 50 mg de magnesio al intestino a través de bilis y jugos pancreáticos e intestinales. Se absorbe 30% a lo largo de todo el intestino (sobre todo el intestino delgado), dando una ganancia neta de alrededor de 100 mg de magnesio. La fracción de absorción intestinal de magnesio es inversamente proporcional a la ingesta; 65% con baja ingesta y 11% con alta ingesta. El riñón tiene una función muy importante en la homeostasis del magnesio y la concentración del magnesio plasmático; 80% del magnesio plasmático total (ionizado y unido a aniones) se filtra con libertad a través de los glomérulos. Para mantener la homeostasis, el riñón debe reabsorber todo el magnesio filtrado, excepto los 100 mg ganados de manera neta a través de la absorción intestinal (reabsorción de 95%). La mayor parte de esta reabsorción ocurre a cabo en la porción gruesa de la rama ascendente del asa de Henle (65 a 75%). Dicho proceso es directamente proporcional al gradiente electroquímico túbulo-intersticio favorecido por la reabsorción ...

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