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Este capítulo se centra en el modo de acción de los antimicrobianos sobre las bacterias; también se abordan la resistencia a fármacos antibacterianos y las estrategias para minimizarla. En los capítulos 24 a 41 se presenta información específica acerca de bacterias patógenas; una guía completa para el tratamiento de enfermedades infecciosas está más allá del alcance de este libro.
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En la medicina folclórica en épocas anteriores se usaron materiales naturales con cierta actividad contra microorganismos, como la corteza del árbol cinchona (que contiene quinina) en el tratamiento del paludismo (malaria). Los métodos racionales para la quimioterapia empezaron con el desarrollo de compuestos arsenicales por Ehrlich para el tratamiento de sífilis a principios del siglo XX. Transcurrieron muchos años antes del siguiente desarrollo importante, que fue el descubrimiento de la eficacia terapéutica de una sulfonamida (prontosil rubrum) por Domagk en 1935. En 1929, Fleming había descubierto la penicilina, pero en esa época era imposible purificarla de manera adecuada; esto se logró más tarde, y la penicilina se produjo en cantidades suficientes de modo que Florey y colegas pudieron demostrar su eficacia clínica a principios de la década de 1940-1949.
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Las sulfonamidas y la penicilina fueron los primeros fármacos antibacterianos eficaces.
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Desde esa época se han descubierto o desarrollado muchos fármacos antimicrobianos nuevos, y muchos han llegado a la práctica clínica. Gracias a estas medicinas, la experiencia humana en naciones industrializadas es notoriamente distinta de la que fue en la era previa a los antibióticos. Sin embargo, este éxito se ha alcanzado a costa de crear resistencia a antimicrobianos. Para manejar racionalmente los antimicrobianos, todos los médicos deben entender las maneras en las cuales funcionan estos fármacos, las maneras en las cuales las bacterias evolucionan en respuesta a los antibióticos y las estrategias para su uso juicioso.
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La resistencia a antimicrobiano es un desafío crítico para la medicina moderna.
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FÁRMACOS Y TERAPIA ANTIBACTERIANA
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CONSIDERACIONES GENERALES
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Los fármacos antimicrobianos eficaces en clínica muestran toxicidad selectiva para el microorganismo no así para el hospedero, una característica que los diferencian de los desinfectantes (capítulo 3). La selectividad casi siempre se explica por la acción sobre procesos o estructuras microbianas que difieren de los de células de mamífero. Por ejemplo, algunos fármacos actúan sobre la síntesis de la pared de la célula bacteriana (un organelo no presente en eucariotes) y otros sobre el ribosoma 70S bacteriano (pero no sobre el ribosoma 80S eucariote). Algunos antimicrobianos, como la penicilina, son esencialmente no tóxicos para el hospedero, a menos que aparezca hipersensibilidad. Para otros, como los aminoglucósidos, la dosis terapéutica eficaz está relativamente cerca de la dosis tóxica; como resultado, el control de la dosificación y de la concentración en sangre debe ser mucho más preciso.
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En circunstancias ideales, la toxicidad selectiva se basa en la capacidad de ...