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Introducción

El acceso vascular es el procedimiento invasivo más comúnmente realizado en el paciente hospitalizado y quizá uno de los más importantes en la práctica médica hospitalaria. En la oncología forma parte integral del manejo multidisciplinario del enfermo con cáncer. Desde su colocación, hasta el cuidado posterior y retiro del mismo involucra a un equipo de especialistas entre los cuales se integran el cirujano oncólogo, radiólogos intervencionistas, oncólogos médicos, hematólogos, infectólogos, enfermeras, e incluso un grupo especializado en el cuidado de accesos vasculares.1

Dada su frecuencia puede ser considerada una cuestión de rutina, pero sin el debido cuidado puede llevar a complicaciones graves; se trata de un padecimiento que se puede mantener a un nivel muy bajo si se aplica la estricta adhesión a un protocolo reglamentado de la técnica de colocación y al cuidado posterior del mismo.2

El acceso periférico es el más frecuente de ellos y resulta de utilidad principalmente en estancias hospitalarias cortas y en pacientes que no requerirán el uso de quimioterapia. Dicho acceso se asocia con flebitis, infección en sitios de punción, agotamiento venoso, extravasación de fármacos e incluso a efectos psicológicos adversos en el paciente que es multipuncionado, lo que puede incluso afectar su calidad de vida.

En pacientes bien seleccionados se opta por la colocación de un catéter venoso central (CVC) cuyas indicaciones principales van desde la seguridad del paciente en el perioperatorio, aplicación de quimioterapia, fluidoterapia, terapias inotrópicas, terapéutica antibiótica extendida, apoyo nutricional parenteral, paliación y otras. Su uso es habitual, se estima que tan sólo en Estados Unidos se colocan alrededor de 5 millones de CVC anualmente, lo que denota la versatilidad y utilidad del mismo en el tratamiento de pacientes, al margen de la patología de base por la que fueron indicados.3

La educación del paciente y el adecuado conocimiento del médico respecto a los diferentes tipos de catéteres facilita la elección y autorización del mismo, pues se tienen presentes riesgos y beneficios de cada uno de ellos, con lo que se propicia una óptima selección para cada paciente de manera individualizada.

Clasificación y características de los dispositivos de acceso vascular

Los dispositivos de acceso vascular se clasifican como de corto, mediano y largo plazos; otra forma de clasificarlos es en centrales (si la punta del catéter se encuentra en el tercio inferior de la vena cava superior, en el atrio o en la porción superior de la vena cava inferior) o periféricos (en cualquiera de las otras localizaciones) (cuadro 90-1).

Cuadro 90-1Características, ventajas y desventajas de los diferentes accesos vasculares.

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