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Según la American Cancer Society,1 el cáncer es un término genérico que se utiliza para designar el crecimiento anormal de células que pueden invadir tejidos y diseminarse a otros órganos y resulta de alteraciones a nivel genético. Debido a esto, las células se multiplican de forma desordenada sin el propósito de satisfacer una necesidad orgánica específica. El cáncer es un conjunto de padecimientos que tienen elementos en común; presentan una serie de características propias de cada localización y estirpe histológica. Olper, en 1992, mencionó que el cáncer tiene en común ser un padecimiento catastrófico pues afecta a toda la familia, es de difícil tratamiento y con frecuencia éste resulta más agresivo que la misma enfermedad.2 Debido a su gran morbimortalidad, esta enfermedad no sólo constituye un problema para el paciente sino que implica un apremiante problema de salud pública mundial. Las enfermedades crónico-degenerativas se cuentan entre las principales causas de muerte. En el año 2000, cerca de 20 millones de personas en el mundo vivieron con algún tipo de cáncer, y se les sumaron 10 millones de personas cada año. En México, se registraron 108 064 tumores malignos en 2002, lo que dio lugar a 12.7% del total de las defunciones, para una tasa de incidencia 57.2 por 100 000 habitantes.3
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En el pasado, el enfermo de cáncer moría después de una corta supervivencia; hoy, gracias a los avances terapéuticos, se ha logrado un mayor número de curaciones y supervivencia más largas. En la actualidad, se ha demostrado que además de los tratamientos médicos que se ofrecen para las neoplasias la atención conjunta de los factores psicosociales del paciente ha permitido una mayor adherencia a los tratamientos médicos y esto ha repercutido a favor de la calidad de vida de los enfermos.
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La psicooncología es la disciplina que se dedica al estudio científico del paciente que desarrolla cáncer, y su objetivo central es el cuidado psicosocial del paciente oncológico.4 La psicooncología coadyuva con el equipo médico en la atención integral del enfermo.5 Por ello, se le considera como la fusión de la psicología y la psiquiatría con la oncología, y su función consiste en la valoración y el tratamiento de los aspectos psicológicos, sociales, culturales, espirituales, religiosos, económicos, legales y de la sexualidad en el paciente, de las reacciones secundarias y colaterales de los tratamientos oncológicos, sus repercusiones en la familia y el impacto en el equipo terapéutico.2,4,7,17 Fawzy, en 1995,6 planteó que las distintas acciones del equipo terapéutico, en el que se incluye al cirujano, oncólogo, radioterapeuta, psicooncólogo, enfermera, trabajador social, algólogo, paliativista, voluntariado, están dirigidas al establecimiento de un trabajo interdisciplinario, multidisciplinario y transdisciplinario. En el modelo "transdisciplinario" convergen diferentes disciplinas, que según el físico matemático Basarab Nicolescu es un modelo que intenta explicar lo que sucede entre las disciplinas, a través de las ...