+++
INTRODUCCIÓN Y EPIDEMIOLOGÍA
++
El síncope o desmayo es un complejo sintomático consistente en la pérdida breve de la consciencia acompañada de la incapacidad para mantener el tono postural que se resuelve de manera espontánea sin intervención médica. El síncope explica cerca del 1 a 2% de las visitas a la sala de urgencias cada año y hasta 6% de las hospitalizaciones.1-3 En el Framingham Heart Study, 7 814 pacientes fueron vigilados por 17 años y 10.5% informó un síncope.4 El síncope en el año previo es el mejor factor predictivo de recurrencia.5 Puede afectar a jóvenes y adultos, pero los ancianos tienen la mayor morbilidad.6 El casi síncope, una premonición de desmayo sin pérdida de la consciencia, comparte el mismo proceso fisiopatológico que el síncope y puede conllevar los mismos riesgos.7,8
++
La vía final común del síncope es la misma, al margen de la causa subyacente: cerca de 10 s de interrupción completa del flujo sanguíneo o suministro de nutrientes a la corteza cerebral o al sistema reticular activador del tallo encefálico, o descenso en la perfusión cerebral de 35 a 50%. Lo más frecuente es que un fenómeno desencadenante causa una caída del gasto cardiaco, lo que reduce el suministro de oxígeno y sustratos al cerebro. Con menor frecuencia, el espasmo vascular reduce el flujo sanguíneo en el sistema nervioso central (SNC). La perfusión cerebral y la consciencia se restauran con la posición supina, la respuesta de los centros autorreguladores autónomos o la restauración del ritmo cardiaco con perfusión.
++
Las causas del síncope son muchas (cuadro 52-1). Las principales causas del síncope identificadas en el Framingham Heart Study fueron vasovagal (mediada por un reflejo, 21%), cardiaca (10%), ortostática (9%), medicamentosa (7%), neurológica (4%) y desconocida (37%).4 En la mayor parte de los estudios, incluso con una evaluación exhaustiva del paciente, la causa permanece desconocida en cerca del 40% de los casos.9,10 Después de la investigación en la sala de urgencias, el porcentaje desconocido puede ser de 50 a 60%. El diagnóstico es importante, ya que cada clasificación diagnóstica conlleva un riesgo de pronóstico. En el estudio Framingham, el síncope cardiaco duplicó el riesgo de muerte, el síncope neurológico elevó el riesgo de muerte en 50% y el síncope de causa desconocida aumentó el riesgo de muerte en 30%, en comparación con la cohorte de población general del estudio. Las personas con síncope mediado por mecanismos neurales/reflejos o vasovagal no tuvieron un mayor riesgo de muerte que la cohorte de población general.4
++