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La sensación somática normal refleja un proceso de vigilancia constante, de lo cual llega escasa información a la consciencia en condiciones normales. En cambio, los trastornos en la sensación, sobre todo cuando se experimentan como dolorosos, son alarmantes y dominan la atención de quien los padece. El médico debe ser capaz de identificar las sensaciones anormales con base en la forma en que son descritas, conocer el tipo y el sitio probable de origen, así como reconocer las implicaciones de esto. El dolor se describe por separado en el capítulo 10.
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SÍNTOMAS POSITIVOS Y NEGATIVOS
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Los síntomas sensitivos anormales se dividen en dos categorías: positivos y negativos. El síntoma positivo prototípico es la sensación de hormigueo (alfileres y agujas); otros fenómenos sensitivos positivos son prurito, alteraciones en las sensaciones que se describen como picazón, molestia en forma de banda, sensaciones de descarga como un relámpago (lancinantes), dolorimiento, punción, torsión, tracción, opresión, quemadura, de choque eléctrico o sensaciones burdas. Estos síntomas suelen ser dolorosos.
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Los fenómenos positivos se deben a ráfagas de impulsos generados en sitios en los que existe una disminución del umbral o una mayor excitabilidad a lo largo de una vía sensitiva, ya sea periférica o central. La naturaleza y la intensidad de la sensación anómala experimentada dependen del número, la frecuencia, el momento y la distribución de los impulsos ectópicos, así como del tipo y la función del tejido nervioso en el que se originan. Debido a que los fenómenos positivos representan un exceso de actividad en las vías sensitivas, no se acompañan necesariamente de hipoestesia durante la exploración.
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Los fenómenos negativos representan pérdida de la función sensitiva y se caracterizan por disminución o ausencia de sensibilidad, que a menudo se experimenta como entumecimiento, y por datos anormales en la exploración sensitiva. En los trastornos que afectan la sensibilidad periférica, se calcula que debe perderse casi 50% de los axones aferentes que inervan un sitio en particular o bien que hay pérdida de la función antes que se demuestre un déficit sensitivo a través de la exploración clínica. Si la tasa de pérdida es lenta, el paciente podría no detectar la pérdida de sensibilidad cutánea y podría ser difícil demostrarla en la exploración física, incluso aunque pocas fibras sensitivas se encuentren funcionales; si es muy rápida, por lo general son muy palpables los fenómenos positivos y negativos. La disfunción sensitiva subclínica se puede mostrar mediante estudios de la conducción de nervios sensitivos o con potenciales evocados somatosensitivos.
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Si bien los síntomas sensitivos pueden ser positivos o negativos, los signos sensitivos en la exploración siempre constituyen una indicación de fenómenos negativos.
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Parestesias y disestesias son denominaciones generales que se utilizan para denotar síntomas sensitivos positivos. Es típico que la palabra parestesias aluda a la sensación de hormigueo o de picazón, pero puede ...