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Los anticonvulsivos, o antiepilépticos, se utilizan para el tratamiento de las convulsiones agudas y la prevención de convulsiones en pacientes con epilepsia. La primera generación de antiepilépticos se desarrolló entre 1939 y 1980 (cuadro 197-1). Desde 1993, se han introducido 15 fármacos más al uso clínico; a éstos se les ha denominado "fármacos de segunda y tercera generación". En general, estos nuevos anticonvulsivos tienen menos efectos secundarios graves y menos interacciones farmacológicas de las que ocurren con los fármacos de primera generación. Los fármacos de primera generación tienen un intervalo terapéutico establecido para las concentraciones séricas que pueden guiar el tratamiento a largo plazo; se correlacionan con la toxicidad aguda por sobredosis. No se han confirmado concentraciones terapéuticas consistentes para los anticonvulsivos de segunda y tercera generación; las concentraciones séricas no son una guía útil para el tratamiento.
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Este capítulo revisa la farmacología, manifestaciones clínicas y tratamiento para los anticonvulsivos utilizados más a menudo. Las recomendaciones sobre la referencia del paciente dependen de la resolución de la toxicidad clínica, pero es necesaria una valoración de la salud mental de los pacientes con sobredosis intencional en el servicio de urgencias antes de dar el alta hospitalaria.
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DIFENILHIDANTOINATO Y FOSFENITOÍNA
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El difenilhidantoinato es un anticonvulsivo primario para el tratamiento de las crisis convulsivas tónico-clónicas parciales y generalizadas. Es útil en el tratamiento del estado epiléptico no inducido por fármacos, en combinación con anticonvulsivos de acción rápida.1 El difenilhidantoinato se ha utilizado en casos de traumatismo craneoencefálico (en el periodo postraumático inmediato) y en el tratamiento de algunos síndromes de dolor crónico. Las complicaciones graves son muy poco comunes después de la sobredosis intencional de difenilhidantoinato si se brinda un tratamiento de mantenimiento apropiado. La mayor parte de las muertes relacionadas con dicho fármaco han sido causadas por la administración intravenosa (IV) rápida o por reacciones de hipersensibilidad.
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El difenilhidantoinato se encuentra disponible en preparaciones orales e inyectables; tiene baja solubilidad en agua y el vehículo para la preparación parenteral de polipropilenglicol al 40% y etanol al 10%, ajustados a un pH de 12 con hidróxido de sodio. La toxicidad cardiovascular aguda observada con el goteo continuo IV de difenilhidantoinato se ha atribuido con frecuencia al diluyente con propilenglicol. Otras limitaciones con el difenilhidantoinato parenteral son la naturaleza irritante del vehículo y la tendencia a precipitarse de las soluciones IV. La fosfenitoína (un éster de fosfato disódico de difenilhidantoinato) es un profármaco que se convierte en difenilhidantoinato por acción de fosfatasas en el organismo, con una semivida de conversión de 10 a 15 min. ...