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INTRODUCCIÓN

Desde hace más de 100 años, los enterococos fueron identificados como posibles patógenos de humanos, pero sólo en años recientes adquirieron importancia como causa de infecciones hospitalarias. La capacidad de tales microorganismos de sobrevivir y diseminarse en el entorno hospitalario y adquirir los factores determinantes de resistencia a antibióticos, complican el tratamiento de algunas de las infecciones en sujetos en estado crítico. Los enterococos se mencionaron por primera vez en la literatura francesa en 1899; el "entérocoque" se encontró en el aparato digestivo humano; la primera descripción patológica de una infección enterocócica data del mismo año. Una cepa clínica de un paciente que murió como consecuencia de una endocarditis, se denominó inicialmente Micrococcus zymogenes, más tarde se le nombró Streptococcus faecalis de la subespecie zymogenes, y ahora se clasificaría como Enterococcus faecalis. La capacidad de esta cepa para causar enfermedad grave en conejos y ratones ilustra su posible letalidad en los entornos apropiados.

MICROBIOLOGÍA Y TAXONOMÍA

Los enterococos son microorganismos grampositivos; en muestras clínicas se observan como células individuales, diplococos o cadenas cortas (fig. 144-1), aunque se observan cadenas largas en algunas cepas. Los enterococos se clasificaron originalmente como estreptococos porque los microorganismos de los dos géneros comparten muchas características morfológicas y fenotípicas, incluyendo una reacción a catalasa casi siempre negativa. Sólo los estudios de hibridación de DNA y la posterior secuenciación del rRNA 16S demostraron con certeza que los enterococos deberían agruparse como un género distinto de los estreptococos. No obstante, a diferencia de la mayoría de los estreptococos, los enterococos hidrolizan la esculina en presencia de sales biliares a 40%, y crecen a grandes concentraciones de sal (p. ej., 6.5%) y a altas temperaturas (46 °C). Por lo regular, el laboratorio clínico informa que los enterococos no son hemolíticos por su incapacidad de lisar los eritrocitos ovinos o bovinos utilizados con frecuencia en las placas de agar; sin embargo, algunas cepas de E. faecalis destruyen los eritrocitos de personas, caballos y conejos. La mayoría de las especies de enterococos con relevancia clínica hidroliza la pirrolidonil-β-naftilamida (PYR); esta característica es útil para diferenciar enterococos de microorganismos del grupo Streptococcus gallolyticus (conocido en el pasado como S. bovis), que incluye S. gallolyticus, S. pasteurianus y S. infantarius, y de especies de Leuconostoc. Se han aislado al menos 18 especies de enterococos de infecciones humanas, pero la abrumadora mayoría de los casos es causada por dos especies, E. faecalis y E. faecium. Las especies aisladas con menor frecuencia son E. gallinarum, E. durans, E. hirae y E. avium.

FIGURA 144-1

Tinción de Gram del cultivo de sangre de un paciente con bacteriemia por enterococos. Las células bacterianas ovales grampositivas están dispuestas a semejanza de diplococos y cadenas cortas. (Cortesía de Autrey Wanger, P.)

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