Aunque las manifestaciones clínicas y de laboratorio aportan indicios sobre la extensión de los procesos inflamatorios (grado de enfermedad), el grado de cicatrización y distorsión estructural (etapa de la enfermedad) y la naturaleza del proceso patológico, se considera que la biopsia hepática representa el estándar de referencia para valorar el grado de lesión y fibrosis hepáticas. El estudio histopatológico del hígado no sólo es una base para la calificación cuantitativa de la actividad y progresión de la enfermedad, también aporta mucha información cualitativa que puede dirigir e informar el diagnóstico y tratamiento.
Un lobulillo hepático normal consiste en la región portal (zona 1), lobulillar (zona media o zona 2) y central (zona 3). El espacio portal contiene la arteria hepática (HA, hepatic artery) y la vena porta (PV, portal vein), que representan el suministro vascular doble del hígado, además del conducto biliar (BD, bile duct). El área lobulillar contiene cordones de células hepáticas rodeadas por sinusoides vasculares y la zona central consiste en la vena central (CV, central vein), la rama terminal de la vena hepática (véase la figura siguiente).
En este atlas de biopsias hepáticas se incluyen ejemplos de los rasgos morfológicos frecuentes de los trastornos hepáticos agudos y crónicos, algunos afectan las áreas lobulillares (p. ej., cambios inflamatorios lobulillares en la hepatitis aguda, degeneración apoptósica de los hepatocitos en la hepatitis aguda y crónica, localización de antígeno viral en el citoplasma y núcleo del hepatocito, cuerpos de inclusión viral, depósito de hierro o cobre, otros cuerpos de inclusión), otros a los espacios portales (p. ej., el infiltrado mononuclear que se extiende y derrama más allá del borde de los hepatocitos periportales en la hepatitis C crónica, hepatitis autoinmunitaria y rechazo de aloinjerto hepático) o a las áreas centrales (p. ej., hepatotoxicidad por paracetamol). Otros rasgos histológicos importantes incluyen la esteatosis hepática (observada en la lesión hepática alcohólica, trastornos por hígado graso no alcohólico y trastornos metabólicos, incluida la lesión mitocondrial y en pacientes con hepatitis viral crónica); lesión de los conductos biliares en el espacio portal, una marca diagnóstica importante de la cirrosis biliar primaria, colangitis esclerosante primaria y rechazo de aloinjerto hepático; colestasis en la obstrucción biliar intrahepática o extrahepática o en trastornos infiltrativos; proliferación ductular en caso de necrosis hepatocelular marcada; infiltración de células plasmáticas frecuentes en la hepatitis autoinmunitaria; inflamación portal que afecta las venas portales ("endotelialitis") en el rechazo del aloinjerto hepático; y fibrosis leve a grave con distribución y patrón variables como consecuencia de la lesión hepática común a muchos trastornos. (Todas las imágenes señalan el aumento utilizado)