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En fecha reciente, se ha informado del surgimiento de una nueva especie del hongo Candida resistente a múltiples fármacos, Candida auris (auris significa oído en latín), y ha causado brotes en instituciones de salud. Representa un problema de salud muy preocupante por su resistencia a fármacos antimicóticos, su relación con mortalidad considerable, resistencia a la descolonización en pacientes, propensión a errores de identificación con otras especies de Candida, falta de identificación de fuentes ambientales de colonización, además de su resistencia a la eliminación de habitaciones y equipo usado para la atención del paciente. C. auris se identificó por primera vez en 2009 en la secreción del oído de una mujer de 70 años con infección del conducto auditivo en Japón.1 Sin embargo, la cepa más antigua conocida de C. auris data de 1996, aislada en un análisis retrospectivo de muestras mal diagnosticadas antes en Corea.2
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En 2011, se informaron tres casos de fungemia persistente. Los organismos tenían patrones inusuales de resistencia a antimicóticos y se identificaron como C. auris por técnicas moleculares. De los tres pacientes (dos lactantes de un año y un sujeto de 74 años), dos fallecieron a causa de la infección.2 En febrero de 2015, los U.S. Centers for Disease Control and Prevention (CDC) recibieron 22 cepas micóticas con patrones inusuales de resistencia antimicótica obtenidos de un brote en Pakistán. No pudo identificarse la especie de ninguna de estas 22 cepas con los estuches diagnósticos comerciales y se identificaron como C. auris mediante secuenciación del DNA.3 Poco después del brote de Pakistán, hubo otro en un hospital del Reino unido: nueve pacientes tuvieron infecciones sanguíneas y más de 40 individuos estaban colonizados con C. auris.4 Desde entonces se ha informado la presencia de C. auris en más de 30 países, con un número considerable de casos detectados en Estados Unidos.5 Aún no se determina en qué grado el cambio climático y otros factores ambientales han influido en la evolución de este organismo.6
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La levadura puede persistir de manera poco característica sobre las superficies en los entornos de atención sanitaria, lo que facilita la diseminación del organismo entre los pacientes.7,8 Se han recuperado cepas clínicas de C. auris de diversos tipos de especímenes, incluidos los líquidos normalmente estériles, heridas, superficies mucocutáneas y piel.7 Sin embargo, la infección sanguínea se mantiene como la manifestación clínica observada más a menudo de C. auris, con tasas alarmantes de mortalidad neta global intrahospitalaria de 30% a 60%.9,10 Las tasas de mortalidad atribuibles aún deben definirse. Debido a la transmisibilidad fácil en entornos hospitalarios, la identificación errónea de las especies de Candida, la resistencia a múltiples fármacos y la elevada tasa de mortalidad neta,10 ,11 en este momento C. auris representa un desafío de salud global importante y ha recibido mucha publicidad en ...