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La pérdida de peso significativa no intencional, en un individuo previamente sano, suele ser un presagio de la enfermedad sistémica subyacente. La anamnesis de rutina siempre debe incluir preguntas sobre cambios en el peso. Las fluctuaciones rápidas de peso durante días sugieren pérdida o aumento de líquido, mientras que los cambios a largo plazo en general implican pérdida de masa de tejido. La pérdida de 5% del peso corporal durante 6 a 12 meses debe provocar una valoración adicional. La pérdida gradual de peso es fisiológica en personas mayores de 80 años, pero este grupo demográfico también tiene un alto riesgo de malignidad u otra enfermedad grave.
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Las principales causas de pérdida de peso involuntaria se pueden asignar a cuatro categorías: 1) neoplasias malignas, 2) enfermedades inflamatorias o infecciosas crónicas, 3) trastornos metabólicos o 4) trastornos psiquiátricos (cuadro 32–1). En las personas mayores las causas más comunes de pérdida de peso son la depresión, el cáncer y la enfermedad gastrointestinal benigna. El aislamiento social y/o la pobreza pueden contribuir a la desnutrición y a la pérdida de peso. Los cánceres de pulmón y GI son las neoplasias malignas más comunes en pacientes con pérdida de peso. En los individuos más jóvenes la diabetes mellitus, el hipertiroidismo, la anorexia nerviosa y la infección, en especial con el VIH, deben ser considerados.
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MANIFESTACIONES CLÍNICAS
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Antes de llevar a cabo una valoración exhaustiva, es importante confirmar que se ha producido una pérdida de peso (hasta 50% de las afirmaciones de pérdida de peso no se puede corroborar). En ausencia de registros, los cambios en la distancia de ajuste en el cinturón o el ajuste de la ropa ayudan a determinar la pérdida ponderal.
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La anamnesis debe incluir preguntas sobre fiebre, dolor, dificultad para respirar o tos, palpitaciones y evidencia de enfermedad neurológica. Se deben obtener antecedentes de ...