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Las infecciones adquiridas en el hospital o nosocomiales (que se definen como las que no existían ni se estaban incubando en el momento del ingreso al hospital) y otras infecciones relacionadas con la atención hospitalaria aquejan aproximadamente a 1.7 millones de pacientes, tienen un costo de 10 000 a 33 000 millones de dólares y causan hasta 99 000 muertes en los hospitales de Estados Unidos cada año. Si bien los esfuerzos para reducir los riesgos infecciosos han sido rivalizados por el creciente número de pacientes inmunodeprimidos, las bacterias resistentes a los antibióticos, las superinfecciones micóticas y virales, y las técnicas y dispositivos invasivos, el punto de vista de “cero tolerancia” de los defensores del consumidor sostiene que casi todas las infecciones asociadas a los servicios de salud se deben poder prevenir. Por tanto, en la actualidad existen leyes federales para evitar que los hospitales de Estados Unidos aumenten la suma que deben pagar los seguros médicos por los costos de, al menos, 14 eventos nosocomiales específicos.
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PREVENCIÓN DE INFECCIONES HOSPITALARIAS
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Los microorganismos patógenos hospitalarios tienen reservorios, se transmiten casi siempre por vías predecibles y necesitan de un hospedero predispuesto, características que permiten la implementación de una serie de estrategias de supervisión y prevención.
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Supervisión: La revisión computarizada basada en algoritmos de las bases de datos del hospital está reemplazando la revisión manual de los resultados de los análisis microbiológicos y la supervisión del pabellón de enfermería, pero todos estos mecanismos realizan un seguimiento de las infecciones que se adquieren después del ingreso hospitalario. Los resultados de la vigilancia se expresan en forma de tasas y deben incluir un denominador que indique el número de pacientes expuestos a determinado riesgo (p. ej., pacientes que usan un ventilador mecánico) o el número de días que duró la intervención (p. ej., 1 000 pacientes-días conectados al ventilador).
Medidas de prevención y control: La medida aislada más importante para prevenir las infecciones cruzadas es lavarse las manos.
– En los trabajadores de la salud, el lavado de las manos tiene una tasa muy reducida, menor de 50%.
– Otras medidas comprenden identificar y erradicar los reservorios de infección y minimizar el uso de procedimientos y catéteres invasivos.
Técnicas de aislamiento: El aislamiento de los pacientes contagiosos constituye un componente tradicional de los programas de control de infecciones.
– Las precauciones habituales incluyen el lavado de las manos y el uso de guantes cuando existe la posibilidad de tener contacto con sangre, otros líquidos corporales, piel no íntegra o membranas mucosas durante la atención de los pacientes. En ciertos casos, también se utilizan cubrebocas, protección ocular y ropa especial.
– Normas basadas en la transmisión: Las precauciones que se toman contra la transmisión por vía aérea, por gotas de secreción y por contacto incluyen que el personal utilice (como mínimo) respiradores N95, cubrebocas quirúrgicos o ropa especial y guantes, respectivamente, para prevenir la transmisión ...