La daptomicina es un lipopéptido bactericida con un espectro de actividad similar al de la linezolida o quinupristina-dalfopristina. Este espectro incluye a estafilococos resistentes a la meticilina y enterococos resistentes a la vancomicina; sin embargo, sus MIC son mucho más bajas con los primeros respecto de los últimos. La daptomicina muestra una deficiente biodisponibilidad oral y por tanto sólo está disponible como un producto parenteral. Su prolongada semivida farmacológica permite su dosificación una vez por día (4 mg/kg cada 24 h en infecciones de la piel y tejidos blandos y 6 mg/kg cada 24 h en el tratamiento de la bacteriemia y la endocarditis del hemicardio derecho); es necesario el ajuste de la dosificación en presencia de enfermedad renal. La IDSA recomienda 8 a 10 mg/kg diarios para tratar la infección grave, en especial la infección por enterococos. El principal episodio adverso que causa la daptomicina es una miopatía reversible dependiente de la dosis que se observa cuando el tratamiento se extiende más de siete días. Al consider esta complicación, se recomienda la monitorización regular de la concentración sérica de la creatina cinasa, sobre todo en pacientes que reciben tratamiento prolongado. La daptomicina no se administra en el tratamiento de una infección de las vías respiratorias bajas porque el factor tensioactivo pulmonar se une a la daptomicina, y esto produce concentraciones mínimas del fármaco libre en las secreciones pulmonares.