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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
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Cuadro casi siempre inmunológico, pero tal vez infeccioso o neoplásico.
La inflamación puede limitarse al ojo o ser sistémica.
Uveítis anterior aguda no granulomatosa: dolor, enrojecimiento, fotofobia y pérdida de la vista.
Uveítis anterior granulomatosa: visión borrosa en un ojo inflamado y con dolor variable.
Uveítis posterior: pérdida gradual de la visión en un ojo con inflamación variable.
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La inflamación intraocular (uveítis) se clasifica como aguda o crónica y granulomatosa o no granulomatosa, según sean los signos clínicos, y por su compromiso del segmento anterior, intermedio, posterior o todos los segmentos del ojo (panuveítis). Los tipos comunes son la uveítis anterior no granulomatosa aguda; la uveítis anterior granulomatosa y la uveítis posterior.
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En muchos de los casos, la patogenia de la uveítis posee un predominio inmunitario, pero la infección puede ser su causa, en particular en estados de inmunodeficiencia. Los trastornos sistémicos en que surge la uveítis aguda anterior no granulomatosa son los relacionados con HLA-B27 (espondilitis anquilosante, artritis reactiva, psoriasis, colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn). La uveítis anterior crónica no granulomatosa se presenta en la artritis idiopática juvenil. El síndrome de Behçet produce uveítis anterior, con hipopión recurrente, pero pocas molestias, y la uveítis posterior, de manera característica, con oclusión de ramas de la vena retiniana. Las infecciones por herpes simple y zóster pueden causar uveítis anterior no granulomatosa y granulomatosa tanto como retinitis (necrosis retiniana aguda).
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Las enfermedades que provocan uveítis anterior granulomatosa también tienden a causar uveítis posterior, e incluyen sarcoidosis, toxoplasmosis, tuberculosis, sífilis, síndrome de Vogt-Koyanagi-Harada (uveítis bilateral acompañada de alopecia, poliosis [despigmentación de pestañas, cejas o cabello], vitíligo e hipoacusia) (eFig. 7–32) y oftalmía simpática que se desarrolla después de un traumatismo ocular penetrante. En la toxoplasmosis puede haber signos de episodios previos de retinocoroiditis. En la sífilis se observa de manera característica un fondo de “sal y pimienta”, pero ese cuadro también puede presentarse con diversas manifestaciones clínicas. Los demás patógenos principales que causan la inflamación ocular en la infección por VIH son el citomegalovirus (CMV, cytomegalovirus), los virus del herpes simple y zóster, micobacterias, Cryptococcus, Toxoplasma y Candida.
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La vasculitis retiniana y la uveítis intermedia se manifiestan de modo predominante en la forma de uveítis posterior con irregularidades centrales o periféricas de la retina en la vasculitis retiniana, y con alteraciones periféricas retinianas (pars plana) en la uveítis intermedia. Diversos agentes ...