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INTRODUCCIÓN

La principal función de la glándula mamaria es producir leche para alimentar al niño tras el nacimiento. Constituye la característica fundamental de los mamíferos, quienes alimentan a sus crías con el producto de su secreción.

El aspecto histológico de la glándula mamaria es similar en todas las especies, el parénquima glandular está compuesto por alvéolos, conductos y estroma de soporte. Cada célula alveolar produce leche completa, sintetizando y transportando desde el plasma sanguíneo proteínas, grasas e hidratos de carbono, sales, anticuerpos y agua. Este proceso es similar en todas las especies de mamíferos, pero el almacenamiento y la evacuación son distintos de unas especies a otras, así como también la composición química de la leche.

La lactancia es, en los mamíferos, la última fase del ciclo de reproducción completo. En casi todas las especies, el recién nacido necesita la leche materna desde el inicio de la vida, en el periodo neonatal, que en algunos casos tiene una duración considerable.

Por tanto, la lactancia es un eslabón importante en la reproducción y conservación de la especie, de tal forma que su carencia impide biológicamente la continuidad del árbol biológico, pues es la madre lactante quien produce la leche a partir de sus propios tejidos y la cría, al igual que el feto intraútero, somete a la madre a un “canibalismo biológico” y “metabólico”. También el ciclo de la reproducción suele interrumpirse durante el primer momento de la lactancia.

El desarrollo mamario y la estructura fundamental de la glándula ofrecen particularidades muy semejantes en todos los mamíferos, aunque con diferencias en cuanto a detalles funcionales, arquitectura glandular y número de glándulas existentes en cada especie. Los primeros estudios en relación con la embriología mamaria corresponden a Schultre, quien en 1892 describió en embriones de perro, gato y cerdo un particular engrosamiento de la epidermis sobre una dermis vascularizada que se definía como la “franja mamaria”, situada lateralmente a la línea blanca y extendida de arriba abajo por ambas partes.

La embriogénesis de la glándula mamaria comienza entre las semanas 18 y 19 de gestación, y es factible identificar brotes mamarios epidérmicos que penetran en el mesénquima subepidérmico en la región anterior del tórax.

En 1896, Kallius describió en el embrión humano de 30 a 35 días de desarrollo la franja mamaria, que se extendía desde la axila hasta la región inguinal, y que en el primer mes de desarrollo es perfectamente notable. Esta franja se encuentra en todas las especies, incluso en las aves, pero en éstas queda reducida a sendas almohadillas glandulares ínfero-abdominales, de interesante función en la termorregulación durante la incubación.

Los esbozos mamarios se presentan en todas las especies animales, aunque su destino es diferente. En todas las especies mamíferas, la cresta (o franja) mamaria regresa al nivel de epitelio normal en determinados puntos, definiendo así el origen en ...

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