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INTRODUCCIÓN

Véase el capítulo 26.

La enfermedad tiroidea es relativamente frecuente en el embarazo y sus formas manifiestas, tanto hipotiroidismo como hipertiroidismo, guardan una relación acorde con resultados adversos en el embarazo. Por fortuna, estos riesgos se reducen con el tratamiento adecuado. Es indispensable comprender los efectos específicos de la edad gestacional en las pruebas de función tiroidea. Si no se reconocen estas alteraciones fisiológicas, se pueden cometer errores en la clasificación o el diagnóstico. Es importante emprender estudios de detección sistemática de la función tiroidea en toda mujer con el antecedente de una tiroidopatía o síntomas que sugieran disfunción de dicha glándula. La detección en embarazadas asintomáticas carece de beneficios comprobados y en la actualidad no se recomienda.

El hipotiroidismo manifiesto se define como el aumento de la TSH sérica, con descenso de la concentración de FT4. Durante el embarazo se relaciona con un aumento de complicaciones como aborto espontáneo, parto prematuro, preeclampsia, desprendimiento placentario y desarrollo neuropsicológico anormal del hijo. La causa más frecuente es la tiroiditis de Hashimoto (autoinmunitaria). Muchos de los síntomas del hipotiroidismo simulan los del embarazo normal, lo que dificulta su identificación clínica. El tratamiento inicial es empírico, con levotiroxina que se inicia en dosis de 75 a 100 mcg al día. Las pruebas de función tiroidea se pueden repetir a las cuatro a seis semanas y ajustar la dosis, según sea necesario, con el objetivo de regularizar la concentración de TSH (de preferencia dentro de límites de referencia gestacionales específicos de cada trimestre). A veces en el segundo y tercer trimestres se necesita aumentar la dosis de levotiroxina.

El hipotiroidismo subclínico se define como el incremento de la concentración sérica de TSH, con cifras normales de FT4. En algunos estudios se han encontrado vínculos con desenlaces adversos del embarazo como aborto, parto prematuro y preeclampsia pero en otros no se han confirmado estos hallazgos. No obstante, en la actualidad no existe evidencia que demuestre que la identificación y tratamiento del hipotiroidismo subclínico previene cualquiera de estos resultados. Asimismo, los estudios observacionales preliminares sugieren que la función cognitiva es deficiente en los hijos de mujeres con hipotiroidismo subclínico sin tratamiento. Los datos de un estudio clínico con asignación al azar y grupo testigo realizado por la Maternal-Fetal Medicine Units Network y patrocinado por los NIH no mostraron ninguna mejora en la función cognitiva de los niños de cinco años nacidos de mujeres sometidas a pruebas de detección y tratadas por hipotiroidismo subclínico. Por ello, el American College of Obstetricians and Gynecologists y la American Association of Clinical Endocrinologists no recomiendan la detección universal de enfermedades tiroideas durante el embarazo.

El hipertiroidismo manifiesto se define como la producción excesiva de tiroxina, con descenso (casi siempre hasta cifras indetectables) de TSH sérica; también conlleva mayores riesgos para el embarazo. La frecuencia de aborto espontáneo, parto prematuro, preeclampsia e insuficiencia cardiaca materna ...

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