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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO

  • Lumbalgia crónica y rigidez en adultos jóvenes, que empeora en la mañana.

  • Limitación progresiva del movimiento de la espalda y la expansión del tórax.

  • Artritis periférica transitoria (50%) o permanente (25%).

  • Uveítis anterior en 20% a 25%.

  • Cambios radiográficos diagnósticos en articulaciones sacroiliacas.

  • Pruebas serológicas negativas para el factor reumatoide y anticuerpos anti-CCP.

  • La prueba de HLA-B27 es muy útil cuando hay probabilidad intermedia de la enfermedad.

GENERALIDADES

La espondilitis anquilosante es una enfermedad inflamatoria crónica de las articulaciones del esqueleto axil que se manifiesta desde el punto de vista clínico con dolor y rigidez progresiva de la columna vertebral. Suele iniciar en el término de la adolescencia o principios de la tercera década de vida. La incidencia y síntomas es mayor en varones que en mujeres, con mayor probabilidad de sufrir afectación ascendente de la columna vertebral.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS

A. Síntomas y signos

Típicamente, el inicio es gradual, con brotes intermitentes de dolor en la espalda que puede irradiarse a los glúteos, más intenso en la mañana y casi siempre relacionado con rigidez que dura horas. El dolor y la rigidez mejoran con la actividad, a diferencia del dolor lumbar por causas mecánicas, que mejora con el reposo y empeora con la actividad. Conforme avanza la enfermedad, los síntomas progresan en sentido cefálico y se limita el movimiento de la espalda con aplanamiento de la curvatura lumbar y exageración de la curva torácica. La expansión torácica se limita a menudo como consecuencia de la afectación de articulaciones costovertebrales. En casos avanzados, toda la columna se fusiona sin permitir movimiento en alguna dirección. En casi 50% de los casos se desarrolla artritis transitoria aguda de articulaciones periféricas; y en casi 25% hay cambios permanentes en articulaciones periféricas, la mayor parte en caderas, hombros y rodillas. La entesopatía, un signo distintivo de espondiloartropatía, se puede manifestar con hinchazón del tendón de Aquiles, fascitis plantar (que produce dolor en el talón) o dactilitis (hinchazón de los dedos de las manos o los pies en forma de “chorizo”).

Hasta en 25% de los casos hay uveítis anterior, que puede ser la primera manifestación. La cardiopatía por espondilitis se caracteriza sobre todo por defectos en la conducción auriculoventricular e insuficiencia aórtica; ocurre en 3% a 5% de los pacientes con enfermedad grave de larga evolución (eFig. 20–20). La fibrosis pulmonar de los lóbulos superiores con progresión a cavitación y bronquiectasias se comporta clínicamente como tuberculosis, ocurre con poca frecuencia y de forma característica, mucho después del inicio de los síntomas esqueléticos. Pueden desarrollarse síntomas reticulares por fibrosis de la cola de caballo después del inicio de la enfermedad.

eFigura 20–20.

Iridociclitis aguda en un paciente con espondilitis anquilosante. Obsérvese el coágulo de fibrina en la cámara anterior. (Reproducida con autorización de Vaughan DG, Asbury ...

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