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La deficiencia de vitamina B6 ocurre con mayor frecuencia como resultado de alcoholismo o interacciones con fármacos, en especial isoniazida, cicloserina, penicilamina y anticonceptivos orales. Existen varias metabolopatías congénitas y otros síndromes que responden a la piridoxina, en particular la anemia sensible a piridoxina, que no son consecuencia clara de la deficiencia de esta vitamina, pero a menudo mejoran con dosis altas de la misma. En ocasiones, los pacientes con inmunodeficiencia variable común tienen deficiencia concomitante de vitamina B6.
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MANIFESTACIONES CLÍNICAS
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La deficiencia de vitamina B6 ocasiona un síndrome clínico similar al que se observa con las deficiencias de otras vitaminas del grupo B, como inflamación bucal, glositis, queilosis, debilidad e irritabilidad. La deficiencia grave puede causar neuropatía periférica, anemia y convulsiones. Estudios recientes sugieren una posible relación de las concentraciones bajas de vitamina B6 con varias alteraciones clínicas, como trastornos inflamatorios y ciertos cánceres.
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El diagnóstico de deficiencia de vitamina B6 puede confirmarse con la medición del fosfato de piridoxal en sangre. Las concentraciones normales varían de acuerdo con el laboratorio, pero suelen ser > 50 ng/mL.
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Para esta deficiencia, se administran complementos orales de la vitamina (10 a 20 mg/día). Algunos pacientes que reciben fármacos que interfieren con el metabolismo de la piridoxina (como isoniazida) pueden requerir dosis más elevadas de hasta 50 a 100 mg por VO por día para evitar la deficiencia de vitamina B6. Esto es en particular cierto para pacientes que tienen poca probabilidad de consumir cantidades adecuadas de vitamina B6, como personas de edad avanzada, pacientes alcohólicos o individuos de escasos recursos que viven en zonas urbanas. Las metabolopatías congénitas y los síndromes con respuesta a la piridoxina a menudo ameritan dosis hasta de 600 mg al día por VO.
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Investigaciones en seres humanos han demostrado que los complementos de vitamina B6 en combinación con otras vitaminas del complejo B, no ocasionan beneficios en los puntos finales de enfermedades cardiovasculares.