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INTRODUCCIÓN

Los pacientes pueden quejarse de sensaciones anormales o pérdida de sensaciones, también suelen utilizar el término “entumecimiento” para señalar la pérdida de la sensibilidad, aunque puede tener otros significados y es necesario aclarar la intención del paciente. Las sensaciones espontáneas anormales por lo común se denominan parestesias, y las desagradables o dolorosas producidas por un estímulo que usualmente es indoloro, reciben el nombre de disestesias.

Los síntomas sensitivos pueden ser consecuencia de alguna enfermedad situada en cualquier punto de las vías sensitivas periféricas o centrales (eFig. 24–1). Se debe definir las características, el sitio, la forma de comienzo, la propagación y el perfil cronológico de los síntomas sensitivos e identificar cualquier factor desencadenante o mitigador. Las características anteriores y la presencia de cualquier síntoma acompañante permitirán identificar el origen de las perturbaciones sensitivas, y también los signos físicos. Los síntomas o los signos sensitivos se circunscriben a veces al territorio de nervios periféricos individuales o raíces nerviosas. La afectación de un lado del cuerpo o una extremidad completa sugiere una lesión central. El ataque distal de las cuatro extremidades sugiere una polineuropatía, una lesión de la médula cervical o del tronco del encéfalo o si las alteraciones son transitorias, alguna perturbación metabólica como el síndrome de hiperventilación. Las molestias sensitivas leves pueden denotar la presencia de “convulsiones” o fenómenos isquémicos cerebrales, así como perturbaciones metabólicas. En individuos con lesiones medulares puede haber un nivel (de corte) sensitivo transversal. La pérdida sensitiva por disociación se caracteriza por la desaparición de algunas modalidades sensitivas y conservación de otras. Tales manifestaciones pueden identificarse en pacientes con trastornos periféricos o centrales, y en consecuencia, deben ser interpretados dentro del contexto clínico en que se manifiestan.

eFigura 24–1.

Vías sensitivas por las que transcurren los impulsos del tacto, la presión, la vibración, la posición articular, el dolor y la temperatura. (Reproducido con autorización de Simon RP, Aminoff MJ, Greenberg DA. Clinical Neurology, 4th ed. Publicado originalmente por Appleton & Lange. Copyright © 1999 por The McGraw-Hill Companies, Inc.).

El hecho de que no existan signos sensitivos en pacientes con síntomas de este tipo no significa que tales expresiones no tengan un origen orgánico. A menudo las manifestaciones son difíciles de identificar, antes que tengan tiempo para manifestarse los signos de disfunción sensitiva.

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