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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO

  • Síntomas neurológicos episódicos.

  • El paciente casi siempre es < 55 años de edad al inicio.

  • Una sola lesión anatomopatológica no puede explicar el cuadro clínico.

  • Los focos múltiples se visualizan mejor en la MRI

GENERALIDADES

Este trastorno neurológico frecuente, que tal vez tiene origen autoinmunitario, presenta su mayor incidencia en adultos jóvenes. Los estudios epidemiológicos indican que la esclerosis múltiple es mucho más habitual en personas originarias de Europa oriental y que viven en zonas templadas. No existe una población con riesgo alto de esclerosis múltiple entre las latitudes 40° norte y 40° sur. Existe predisposición genética a esta enfermedad. En la sustancia blanca del cerebro y la médula espinal y en los nervios ópticos, se observan áreas focales, a menudo perivenulares, de desmielinización con gliosis reactiva. También aparece daño axónico.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS

A. Síntomas y signos

La presentación clínica frecuente incluye debilidad, entumecimiento, hormigueo o inestabilidad de una extremidad; paraparesia espástica; neuritis retrobulbar; diplopía; desequilibrio o un trastorno de los esfínteres, como urgencia o vacilación urinarias. Es posible que los síntomas desaparezcan después de unos cuantos días o semanas, aunque la exploración revela un déficit residual (eFig. 24–13).

eFigura 24–13.

Oftalmoplejía internuclear bilateral por esclerosis múltiple. (Reproducida con autorización de Vaughan DG, Asbury T, Riordan-Eva P [editores]. General Ophthalmology, 15th ed. Publicado originalmente por Appleton & Lange. Copyright © 1999 por The McGraw-Hill Companies, Inc.).

Se reconocen varias modalidades de la enfermedad. En la mayoría de los pacientes, hay un intervalo de meses o años después del episodio inicial antes de que se desarrollen nuevos síntomas o reaparezcan los originales (enfermedad con exacerbaciones y remisiones). No obstante, las exacerbaciones y las remisiones, casi siempre incompletas, conducen al final a una discapacidad cada vez mayor, con debilidad, espasticidad y ataxia de las extremidades, alteración visual e incontinencia urinaria. Los datos en la exploración en esta etapa incluyen atrofia óptica, nistagmo, disartria y deficiencias piramidales, sensoriales o cerebelosas en algunas o todas las extremidades. En algunos de estos sujetos, la evolución clínica cambia, de manera que se identifica un deterioro constante, sin relación con las recurrencias agudas (enfermedad progresiva secundaria). Una posibilidad menos común es que los síntomas avancen de forma constante desde el inicio y la discapacidad ocurra en una etapa relativamente inicial (enfermedad progresiva primaria). El diagnóstico no puede establecerse de manera segura, a menos que el cuadro clínico total indique alteración de diferentes partes del sistema nervioso central (SNC) en distintos momentos. La fatiga es frecuente en todas las modalidades de la enfermedad.

Hay varios factores (p. ej., infección) que pueden desencadenar o iniciar las exacerbaciones. Las ...

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