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PASO 1: IDENTIFICAR EL PROBLEMA

Debe asegurarse de comprender lo que el paciente le está diciendo. En ocasiones, “estoy cansado” significa “me falta el aire cuando camino” y otras veces significa “mis músculos están débiles”. Construir una lista completa de los problemas que constituyen la molestia principal, otros síntomas agudos y las alteraciones en la exploración física, pruebas de laboratorio anormales, problemas crónicos agudos (como diabetes o hipertensión) y antecedentes relevantes (como obstrucción intestinal o cáncer). Los problemas con probabilidad de estar relacionados, como en la disnea y el dolor torácico, deben agruparse juntos. Es necesario identificar con exactitud el problema siempre que se evalúe a un paciente.

PASO 2: ENMARCAR EL DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

El diagnóstico diferencial debe enmarcarse de manera que facilite el recuerdo. Podría ser posible memorizar largas listas de causas o diagnósticos diferenciales para varios problemas. Sin embargo, esto no siempre conduciría a una organización útil de los diagnósticos diferenciales que ayude a recordarlos o usarlos. En lugar de eso, es preferible usar algún tipo de marco de problema específico para organizar los diagnósticos diferenciales en subcategorías que son más fáciles de recordar y a menudo tienen utilidad clínica. Los marcos de problemas específicos pueden ser anatómicos, un marco usado a menudo para el dolor torácico; de órgano/sistema, usado para síntomas con diagnósticos diferenciales muy amplios como la fatiga; fisiológicos, o basados en puntos pivote (definidos más adelante). Cada capítulo en Symptom to Diagnosis comienza con un marco específico del problema para el diagnóstico diferencial. Está demostrado que el uso de estos marcos mejora la exactitud diagnóstica de los estudiantes de medicina.

PASO 3: ORGANIZAR EL DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

La estructuración del diagnóstico diferencial en subgrupos con utilidad clínica permite trabajar en forma sistemática en el diagnóstico diferencial. En ocasiones el marco más fácil de recordar, como la agrupación de las causas de disnea en cardiacas o pulmonares, no facilita el razonamiento. En ese caso, es necesario reorganizar el diagnóstico diferencial en una forma que ayude a comprender el orden en el que se considerarán los diversos diagnósticos. Los diagnósticos diferenciales con mayor utilidad clínica se organizan alrededor de puntos pivote, uno de un par de descriptores opuestos que comparan y contrastan las características clínicas. Los ejemplos incluyen cefalea antigua frente a la nueva, edema unilateral frente al bilateral, y dolor en el cuadrante inferior derecho frente al dolor epigástrico. Cuando se usan puntos pivote para enmarcar el diagnóstico probablemente principal, no es necesario reorganizar los diagnósticos diferenciales para crear un algoritmo que nos lleve al diagnóstico final.

El médico puede enmarcar y reorganizar el diagnóstico diferencial por sí mismo o encontrar una fuente con la que tenga sentido para él/ella. Cada capítulo en Síntomas para el diagnóstico contiene un algoritmo diagnóstico que usa puntos pivote para resaltar las vías de razonamiento lógico para cada síntoma. Sólo ...

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