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Las técnicas empleadas para valorar la salud fetal se centran en los hallazgos biofísicos fetales que incluyen la frecuencia cardiaca, el movimiento, la respiración y la producción de líquido amniótico. La vigilancia fetal prenatal tiene como objetivo evitar la muerte fetal en embarazos con afecciones maternas y fetales complejas, al tiempo que se evitan intervenciones innecesarias (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2019a).
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La mayoría de los fetos estarán sanos y es muy tranquilizador obtener un resultado normal en la prueba prenatal. Es poco frecuente la muerte fetal en el plazo de una semana después de un resultado normal en la prueba. De hecho, los valores predictivos negativos (resultados verdaderos negativos en las pruebas de riesgo fetal) para la mayoría de las pruebas descritas son de > 99.8%. Por el contrario, las estimaciones de los valores predictivos positivos (resultados verdaderos positivos de las pruebas para el peligro fetal) son bajas y oscilan entre 10% y 40%. El beneficio de la vigilancia fetal se basa principalmente en evidencia circunstancial. No se han realizado estudios clínicos con asignación al azar por razones éticas evidentes (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2021a).
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Estados conductuales fetales
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La actividad fetal comienza a las siete semanas de gestación (Sajapala, 2017; Vindla, 1995). Entre las 20 y 30 semanas de gestación, los movimientos corporales generales se organizan y el feto comienza a mostrar ciclos de actividad-reposo (Sorokin, 1982). Estos ciclos reflejan el desarrollo y la maduración del sistema nervioso central (SNC). Cerca de las 36 semanas de gestación, los ciclos de actividad-reposo dan paso a estados conductuales en la mayoría de los fetos normales (Peirano, 2003). Nijhuis et al. describen cuatro estados conductuales fetales (1982):
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El estado 1F es un estado de reposo (sueño tranquilo) con una banda oscilatoria estrecha de la frecuencia cardiaca fetal.
El estado 2F incluye movimientos corporales evidentes frecuentes, movimientos oculares continuos y una oscilación más amplia de la frecuencia cardiaca fetal. Este estado es análogo al sueño de movimientos oculares rápidos (REM, rapid eye movement) o al sueño activo en el recién nacido.
El estado 3F incluye movimientos oculares continuos en ausencia de movimientos corporales y sin aceleraciones de la frecuencia cardiaca. Este estado es poco frecuente y aún se discute su existencia (Pillai, 1990a).
El estado 4F consiste en movimientos corporales enérgicos con movimientos oculares continuos y aceleraciones de la frecuencia cardiaca. Este estado corresponde al estado de alerta en los recién nacidos.
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A las 28 a 30 semanas de gestación, los fetos pasan la mayoría del tiempo en los estados 1F y 2F, es decir, en sueño tranquilo o activo (fig. 20–1) (Peirano 2003; Suwanrath, 2010). Por ejemplo, a las 38 semanas, casi 75% del tiempo ...