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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
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Crisis episódicas de linfangitis, linfadenitis y fiebre.
Hinchazón progresiva crónica de las extremidades y los genitales; hidrocele, quiluria y linfedema.
Microfilarias en sangre, quiluria o líquido de hidrocele; pruebas serológicas positivas.
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La filariosis linfática se origina por tres nematodos filariformes: Wuchereria bancrofti, Brugia malayi y Brugia timori, y se encuentra entre las enfermedades parasitarias más importantes del ser humano. Cerca de 120 millones de individuos se infectan con estos organismos en países tropicales y subtropicales, alrededor de un tercio de los cuales revela consecuencias clínicas de la parasitosis y muchos sufren desfiguraciones graves. Wuchereria bancrofti causa alrededor de 90% de los episodios de filariosis linfática. La transmiten los mosquitos Culex, Aedes y Anopheles y posee una distribución amplia en las regiones tropicales y subtropicales, incluidos África al sur del Sahara, el sureste asiático, el occidente del Pacífico, India, Sudamérica y el Caribe. Brugia malayi se transmite por la picadura de los mosquitos Mansonia y Anopheles y es endémico en partes de China, India, el sureste de Asia y el Pacífico. Brugia timori sólo se encuentra en las islas del sureste de Indonesia. Mansonella y las filarias se transmiten por mosquitos y otros insectos en África y Sudamérica.
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Los seres humanos se infectan por la picadura de los mosquitos infectados. Después, las larvas se desplazan a los vasos y los ganglios linfáticos, donde maduran a lo largo de meses hasta convertirse en gusanos adultos filiformes y pueden persistir por muchos años (eFig. 35–47). Los gusanos adultos producen grandes cantidades de microfilarias, las cuales se liberan a la circulación y son infecciosas para los mosquitos, sobre todo por la noche (salvo en el sur del Pacífico, donde la microfilariemia alcanza su máximo nivel durante el día).
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