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El uso de quimioterapia, tratamientos enfocados y, en fecha más reciente, la inmunoterapia (cap. 25) en el tratamiento de tumores malignos del sistema genitourinario sirve como paradigma de una estrategia multidisciplinaria ante el cáncer. La integración cuidadosa de tratamientos quirúrgicos y sistémicos ha permitido avances impresionantes en la terapéutica de cánceres urológicos. Por definición, las intervenciones quirúrgicas se enfocan en el tratamiento local de los tumores urológicos, mientras que la quimioterapia y los agentes biológicos son sistémicos, por naturaleza. Aunque no hay duda de que hay ocasiones en la evolución natural de un tumor genitourinario en las que solo se requiere un método terapéutico, casi siempre es beneficiosa una estrategia multidisciplinaria. Este capítulo detalla la importancia de un enfoque médico-quirúrgico conjunto para los pacientes con neoplasias malignas urológicas. Un urólogo debe colaborar de manera estrecha con un oncólogo médico y debe sentirse cómodo hablando con los pacientes sobre los usos, riesgos y beneficios de la quimioterapia y otras formas de tratamiento sistémico como los inhibidores de la tirosina cinasa (TKI, tyrosine kinase inhibitors) o la inmunoterapia. El sitio de la inmunoterapia en el tratamiento de los tumores genitourinarios se describe en el capítulo 25.
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PRINCIPIOS DE TRATAMIENTO SISTÉMICO
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El tratamiento sistémico está indicado ante el cáncer diseminado cuando el objetivo es la curación o la paliación. Además, puede usarse como parte de un plan multimodal para mejorar el control local y distante del tumor. Es importante comprender los objetivos y limitaciones de este tratamiento en cada una de estas situaciones para su uso efectivo.
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A. Intención curativa para enfermedad metastásica
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Respecto al papel del tratamiento sistémico con potencial curativo en pacientes con enfermedad metastásica, deben considerarse varios factores. El primero es la capacidad de respuesta del tumor. En general, la capacidad de respuesta se define por las respuestas parciales o completas observadas, que en conjunto constituyen la tasa general de respuesta objetiva. La valoración de neoplasias con metástasis óseas frecuentes, como el cáncer prostático, el carcinoma de células renales y el carcinoma de células transicionales (TCC, transitional cell carcinoma), es difícil, ya que las anormalidades persistentes en el gammagrama óseo no siempre implican cáncer residual. Los pacientes en los que el único sitio de enfermedad es el hueso, casi siempre deben considerarse no evaluables con las mediciones convencionales y, si están disponibles, se requieren marcadores de respuesta intermedia (p. ej., antígeno prostático específico [PSA, prostate-specific antigen]). La apariencia de agravación transitoria en un gammagrama óseo con el tratamiento, pero que representa hueso en curación, se denomina “brote en gammagrama óseo” y puede ser indistinguible de la progresión real de la enfermedad. Por esta razón, es esencial evaluar todos los parámetros, incluidos la sintomatología, PSA en pacientes con cáncer prostático, CT y MRI. Para pacientes con cáncer prostático metastásico, en los que se ...