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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO

  • Pápula de color perla, placa eritematosa > 6 mm o úlcera que no cicatriza, en áreas expuestas al sol (cara, tronco o parte inferior de las piernas).

  • Antecedente de hemorragia.

  • Persona de piel blanca con un antecedente de exposición al sol (con frecuencia intensa, intermitente).

GENERALIDADES

Los carcinomas basocelulares son la modalidad más frecuente de cáncer. Aparecen en la piel expuesta al sol en personas de piel blanca normales; son causados por la luz ultravioleta. El carcinoma basocelular puede dividirse en subtipos clínicos e histológicos, de los que dependen el comportamiento clínico y el tratamiento. Los subtipos clínicos incluyen el superficial, nodular, pigmentado y morfeaforme. Los subtipos histológicos incluyen superficial, nodular, micronodular e infiltrativo. Los carcinomas basocelulares morfeaforme, micronodular e infiltrativo no son susceptibles de tratamiento tópico o electrodesecación y curetaje, y casi siempre requieren excisión quirúrgica o cirugía micrográfica de Mohs. Debido a que hasta la mitad de los pacientes desarrolla un segundo carcinoma basocelular, la exploración física de la piel se debe realizar por lo menos de forma anual para detectar nuevas lesiones, o lesiones recurrentes.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS

La presentación más frecuente es una pápula o un nódulo que puede tener una escara o erosión central (fig. 6–31 y eFig. 6–82). En ocasiones, los nódulos tienen granulaciones de pigmento (carcinoma basocelular pigmentado). En personas caucásicas ancianas, los nevos intradérmicos sin pigmento en la cara pueden semejar carcinoma basocelular; crecen con lentitud y adquieren un tamaño de 1 a 2 cm o un diámetro mayor, con frecuencia después de años de crecimiento (eFig. 6–83). Tienen un aspecto céreo “perlado”, con vasos telangiectásicos que se aprecian con facilidad (eFigs. 6–84 y 6–85). El aspecto perlado transparente de estas lesiones es la característica de mayor importancia para el diagnóstico y puede apreciarse mejor si se estira la piel (eFig. 6–86). En la espalda y el tórax, los carcinomas basocelulares se manifiestan como placas o pápulas escamosas, rojizas, un poco brillantes. Los carcinomas basocelulares morfeaformes tienen apariencia semejante a cicatrices. Los carcinomas basocelulares son más frecuentes en pacientes inmunodeprimidos y es más probable que recurran en ellos, incluidos pacientes con linfoma no-Hodgkin y sujetos que han recibido trasplante de órgano o aloinjerto de células madre hematopoyéticas.

Figura 6–31.

Carcinoma basocelular nodular aperlado en la cara de una mujer de 52 años que ha estado presente por 5 años. (Reproducida con autorización de Richard P. Usatine, MD, en Usatine RP, Smith MA, Mayeaux EJ Jr, Chumley H. The Color Atlas of Family Medicine, 3rd ed. McGraw-Hill, 2019.)

eFigura 6–82.

Carcinoma basocelular. (Reproducida con autorización de Bondi EE, Jegasothy BV, Lazarus GS [editores]. Dermatology: Diagnosis & Treatment. Publicado originalmente por Appleton & Lange. Copyright © 1991 por The McGraw-Hill Companies, Inc.)

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