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La transfusión abarca el uso de hemoderivados (BC, blood components) para prevenir o tratar la anemia, hemorragia y trastornos hemorrágicos. En ocasiones, los BC pueden usarse para tratar la infección o la recaída de enfermedades malignas sanguíneas después del alotrasplante hematopoyético. Los BC comprenden sobre todo concentrados de eritrocitos (RBCC, red blood cell concentrates), concentrados de plaquetas (PC, platelet concentrates) y plasma para uso en transfusión (a diferencia del plasma para el fraccionamiento en productos medicinales, como albúmina e inmunoglobulina). Junto con la seguridad de la transfusión, otros aspectos críticos de la medicina transfusional son el aseguramiento de la calidad de los BC, la valoración de su eficacia in vivo y la promoción de prácticas de transfusión basadas en evidencia.
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La obtención de sangre y la medicina del donador están más allá del alcance de este capítulo. Aunque los procesos usados son muy seguros, las donaciones sanguíneas pueden causar reacciones adversas, incluidas el desmayo y la ferropenia. Estos riesgos requieren estrategias preventivas y tratamiento apropiado, en caso necesario.
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Los procesos de obtención y preparación de BC se describen en el cuadro 113–1. Los BC más frecuentes se extraen como sangre entera o en forma directa como componentes mediante la aféresis. La gran mayoría de los BC es homóloga. Los BC autólogos, en ocasiones recolectados antes de una cirugía planeada, ahora son excepcionales, ya que aportan poca o ninguna ventaja basada en evidencia sobre los BC homólogos. No obstante, este tipo de donación todavía puede ser beneficiosa en caso de un fenotipo de grupo sanguíneo raro.
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