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El síndrome de apnea obstructiva del sueño (OSA, obstructive sleep apnea) y de apnea del sueño central (CSA, central sleep apnea) se clasifican dentro de las alteraciones de la respiración que ocurren durante el sueño. El OSA y la CSA comparten ciertos factores de riesgo y bases fisiológicas, pero además poseen características singulares. Cada padecimiento se acompaña de respiración irregular durante el sueño y de un sueño desordenado, y cada diagnóstico requiere una historia clínica detallada, exploración física minuciosa y pruebas fisiológicas. El OSA, que es la enfermedad más frecuente, provoca somnolencia diurna, trastorna el funcionamiento diario, causa hipertensión y es un factor importante que contribuye a las enfermedades cardiovasculares en los adultos y los problemas conductuales en los niños. La CSA es menos común y puede suceder en combinación con la apnea obstructiva del sueño. Puede ocurrir como trastorno primario, en respuesta a la gran altitud o secundaria a un trastorno médico (como insuficiencia cardiaca) o un fármaco (como los opioides). Los pacientes con CSA informan a menudo despertares frecuentes y fatiga diurna, y tienen mayor riesgo de insuficiencia cardiaca y fibrilación auricular.
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SÍNDROME DE APNEA/HIPOPNEA OBSTRUCTIVA DEL SUEÑO
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El OSA se define con base en los síntomas nocturnos y diurnos, además de los datos de los estudios del sueño. Para confirmar el diagnóstico es necesario que el paciente tenga: 1) síntomas de alteraciones nocturnas de la respiración (ronquidos, resoplidos o pausas de la respiración durante el sueño), somnolencia o fatiga diurnas no obstante suficientes oportunidades para dormir y que no se pueden explicar por medio de otros problemas médicos; y 2) cinco o más episodios de apnea o hipopnea obstructiva por hora de sueño (el índice de apnea/hipopnea [AHI, apnea-hypopnea index] se calcula mediante dividir el número de episodios entre el número de horas de sueño) documentados durante un estudio del sueño. También se diagnostica OSA en ausencia de síntomas cuando el AHI es > 15 episodios por hora; cada episodio de apnea o hipopnea representa una disminución de cuando menos 10 s en la respiración y a menudo se identifica cuando se acompaña de una caída ≥ 3% en la saturación de oxígeno y un despertar cortical cerebral. La gravedad de la OSA puede caracterizarse por la frecuencia de trastornos respiratorios (AHI), la magnitud de desaturación de la oxihemoglobina con los episodios respiratorios, por la duración de los episodios de apnea e hipopnea, por el grado de fragmentación del sueño y por el grado de somnolencia diurna o alteración funcional informadas.
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Durante la inspiración, la presión intraluminal faríngea se torna más negativa, creando una fuerza de “succión”. La faringe carece de hueso o cartílago, por lo que su permeabilidad depende de la influencia estabilizadora de sus músculos dilatadores. Si bien estos músculos se activan de manera continua durante la vigilia, la potencia muscular ...