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La enteropatía con pérdida de proteínas comprende varios padecimientos que causan pérdida excesiva de proteínas séricas en el tubo digestivo.
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El epitelio intestinal intacto normal evita la pérdida de proteínas séricas. Las proteínas pueden perderse a través de uno de los tres mecanismos siguientes: 1) enfermedad de la mucosa con ulceración, que provoca la pérdida de proteínas a través de la superficie mucosa alterada, como úlcera gástrica crónica, carcinoma gástrico o enfermedad inflamatoria intestinal; 2) obstrucción linfática, que provoca la pérdida de líquido quiloso rico en proteínas a través de los capilares linfáticos de la mucosa, como en la linfangiectasia intestinal primaria, pericarditis constrictiva o insuficiencia cardiaca, enfermedad de Whipple o tuberculosis, sarcoma o linfoma de Kaposi, fibrosis retroperitoneal o sarcoidosis y 3) cambio idiopático en la permeabilidad de los capilares de la mucosa y conductancia del intersticio, que resulta en la pérdida de líquido linfático rico en proteínas a través de la superficie mucosa, como en la enfermedad de Ménétrier, síndrome de Zollinger-Ellison, gastroenteritis viral o eosinofílica, enfermedad celíaca, giardiasis o anquilostomiasis, inmunodeficiencia variable común, lupus eritematoso sistémico, amiloidosis, o enteropatía perdedora de proteínas.
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La característica distintiva de la enteropatía con enfermedad de proteínas es hipoalbuminemia. Sin embargo, también se pierden por el epitelio intestinal varias otras proteínas séricas, como antitripsina alfa-1. En la enteropatía con pérdida de proteínas causada por obstrucción linfática, la pérdida de líquido linfático suele dar por resultado linfocitopenia (<1 000/μL), hipoglobulinemia e hipocolesterolemia.
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En muchos casos se reconoce la enteropatía con pérdida de proteínas como secuela de un trastorno GI conocido. En quienes no es clara la causa, está indicada una valoración guiada por la sospecha clínica. La enteropatía con pérdida de proteínas debe diferenciarse de otras causas de hipoalbuminemia, como hepatopatía y síndrome nefrótico, y de la insuficiencia cardiaca. La enteropatía con pérdida de proteínas se confirma luego de la depuración intestinal de antitripsina alfa-1 (volumen de heces en 24 h × concentración fecal de antitripsina α1 ÷ concentración sérica de antitripsina alfa-1). Es anormal una depuración > 27 mL/24 h.
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La valoración de laboratorio en la enteropatía con pérdida de proteínas incluye electroforesis de proteínas séricas, recuento de linfocitos y colesterol sérico en busca de pruebas de obstrucción linfática. Son útiles las concentraciones séricas de ANA y C3 para detectar trastornos autoinmunitarios. Es necesario examinar las muestras fecales en busca de huevecillos y parásitos. Los indicios de malabsorción se valoran con la determinación fecal cualitativa de grasa en las heces. Se obtienen imágenes mediante biopsia del intestino delgado con enteroscopia, enterografía con CT o endoscopia con cápsula inalámbrica del intestino delgado. Las enfermedades del colon se excluyen mediante colonoscopia. Se realiza CT de abdomen en busca de neoplasias o de obstrucción linfática. En pocas ocasiones es útil la linfangiografía. En algunas situaciones es necesaria la laparotomía con biopsia intestinal de espesor total para establecer un diagnóstico.
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