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Las manifestaciones clínicas del cáncer generalmente se deben a los efectos de la presión del crecimiento tumoral local, la infiltración o el depósito metastásico de células tumorales en diversos órganos en el cuerpo o ciertos síntomas sistémicos. Los problemas generales observados en algunos pacientes con cáncer metastásico avanzado o diseminado incluyen anorexia, malestar general, pérdida de peso y, en algunas ocasiones, fiebre. Excepto en el caso de tumores funcionales como los de glándulas endócrinas, los síntomas sistémicos de cáncer no suelen ser específicos. El término “paraneoplásico” hace referencia a las características de un cáncer, que se consideran efectos distantes que no pueden atribuirse ni a sus propiedades directas de invasión ni a sus propiedades matastásicas. Los síntomas son ocasionados por la producción tumoral aberrante de hormonas, péptidos o citocinas o por el ataque inmunitario del cuerpo a tejidos normales a causa de antígenos compartidos con tejidos tumorales. En los síndromes paraneoplásicos, los hallazgos en los exámenes clínicos pueden comportarse como trastornos primarios endocrinos, dermatológicos, reumatológicos, hematológicos o neuromusculares. En los síndromes paraneoplásicos (asociados con producción de hormonas ectópicas), el propio tejido tumoral secreta las hormonas que produce el síndrome. Las hormonas ectópicas secretadas por neoplasias son frecuentemente prohormonas de mayor peso molecular que las hormonas secretadas por células endocrinas normales más diferenciadas. Muchos de los síndromes paraneoplásicos neuromusculares, dermatológicos y reumatológicos son causados por anticuerpos dirigidos contra antígenos tumorales que comparten epítopos con tejidos normales; las pruebas de anticuerpos a menudo pueden detectar anticuerpos específicos del síndrome. El cáncer pulmonar microcítico (SCLC, small cell lung cáncer) es el tipo de cáncer que se asocia con mayor probabilidad a síndromes paraneoplásicos (eCuadro 39–1).
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