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Anteriormente conocida como enfermedad por hígado graso no alcohólica (EHGNA), su nombre fue recientemente modificado por el de enfermedad por hígado graso asociada a disfunción metabólica (MAFLD).
Es la causa más común de hepatopatía crónica.
Su prevalencia aumenta con la presencia de elementos del síndrome metabólico.
La fisiopatología es muy compleja y multifactorial.
El tratamiento más efectivo es la disminución de peso mediante dieta y ejercicio.
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La MAFLD, previamente conocida como EHGNA, fue recientemente renombrada para reflejar más apropiadamente la patogénesis de la enfermedad. La MAFLD es un problema de salud mundial y afecta a 20–30% de la población global, causando una tasa de mortalidad de 25.56 por mil personas año, debido a su asociación con enfermedades cardiovasculares (ECV).1,2,3,4,5,6 Se considera que actualmente es una de las causas más importantes de enfermedad crónica del hígado, cuya prevalencia está directamente asociada al aumento de pacientes con obesidad, síndrome metabólico (SM) y diabetes mellitus tipo 2 (DM2).7,8 Otros factores de riesgo que contribuyen al desarrollo de MAFLD son la dislipidemia, la hiperinsulinemia y la circunferencia abdominal, al igual que la glucosa alterada en ayuno.9,10
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La MAFLD se define como el depósito de grasa en más del 5% de los hepatocitos, en ausencia de un consumo importante de alcohol (menos de 21 copas por semana en hombres o menos de 14 copas por semana en mujeres en un periodo de dos años)4,11,12 y descartando cualquier otra causa secundaria, la presencia de esteatosis deberá estar asociada a sobrepeso u obesidad, DM2 o síndrome metabólico.3 El espectro de la MAFLD va desde el hígado graso hasta esteatohepatitis metabólica y cirrosis.4 El hígado graso o esteatosis simple se define como la presencia de esteatosis sin evidencia de daño hepatocelular o fibrosis. La esteatohepatitis metabólica se refiere a la presencia de esteatosis e inflamación con daño hepatocelular (degeneración balonoide de los hepatocitos), con o sin fibrosis, con lo que se incrementa el riesgo de desarrollar cirrosis, falla hepática y carcinoma hepatocelular (CHC).11
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Se considera cirrosis por esteatohepatitis metabólica cuando existe un antecedente histológico con evidencia de esteatosis o esteatohepatitis. La presencia de esteatosis se puede demostrar mediante biopsia hepática o algún método de imagen (ultrasonido [US], tomografía computarizada [TC], parámetro de atenuación controlada [CAP] mediante el fibroscan o resonancia magnética nuclear [RMN]). La fibrosis también se puede evidenciar por biopsia o métodos no invasivos (marcadores serológicos, elastografía hepática, etc.), sin embargo, para la evaluación del componente inflamatorio hasta el momento solo es útil la biopsia hepática.11
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La prevalencia de la MAFLD puede variar según la población estudiada y las herramientas de evaluación. Con base en el uso de diferentes métodos de ...