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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
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Fiebre no atribuible a otra causa.
Hipersesibilidad uterina.
Taquicardia en la madre, el feto o ambos.
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Las infecciones del aparato genital femenino son problemas que se observan con relativa frecuencia en el periodo periobstétrico. La corioamnionitis es una infección del amnios y del corion (partes fetales), que por lo general ocurre durante el trabajo de parto. La infección uterina después del parto se llama a menudo endometritis o endomiometritis, pero es probable que el término “metritis” sea más exacto para resaltar el hecho de que la infección se extiende a todo el tejido uterino. Es una infección polimicrobiana que suele atribuirse a patógenos de vías urogenitales. El factor de riesgo aislado más importante de infección puerperal es la cesárea, que aumenta el riesgo de cinco a 20 veces. Otros factores de riesgo reconocidos son el trabajo de parto prolongado, el uso de monitores internos, la nuliparidad, los exámenes pélvicos múltiples, la rotura prolongada de membranas y las infecciones de la porción inferior del aparato genital. Si bien con la corioamnionitis clínica aumenta la frecuencia de complicaciones maternas como parto disfuncional y hemorragia posparto, la razón principal para emprender el tratamiento es evitar la morbilidad en el producto de la concepción. Aumentan en casos de corioamnionitis las complicaciones neonatales como infecciones, neumonitis, hemorragia intraventricular y parálisis cerebral. Sin embargo, el comienzo de la antibioticoterapia durante el parto reduce en forma significativa la morbilidad en los recién nacidos.
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MANIFESTACIONES CLÍNICAS
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Las infecciones puerperales se diagnostican principalmente por la presencia de fiebre (38°C o más) en ausencia de otro origen y uno o más de los signos siguientes: taquicardia materna o fetal (o ambas) e hipersensibilidad uterina. Algunas veces aparecen loquios fétidos, pero constituyen un indicador poco sensible puesto que muchas mujeres sin infección también experimentan un olor desagradable. Asimismo, algunas infecciones peligrosas como la fascitis necrosante son inodoras. No se realizan cultivos del cuello uterino por la naturaleza polimicrobiana de la infección.
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El tratamiento consiste en antibióticos de amplio espectro con protección contra microorganismos grampositivos y gramnegativos si la mujer todavía está embarazada, y contra gramnegativos y anaerobios si está en el puerperio. Un esquema común para corioamnionitis es 2 g IV de ampicilina cada 6 h, y gentamicina, dosis de carga de 2 mg/kg IV y luego 1.5 mg/kg por vía IV cada 8 h. Un régimen terapéutico común para la metritis es la gentamicina, una dosis de carga de 2 mg/kg por vía IV y luego 1.5 mg/kg por vía IV cada 8 h, y clindamicina, 900 mg por vía IV cada 8 h. Los antibióticos se interrumpen cuando la paciente ha permanecido afebril (y asintomática) durante 24 h. No se administran antibióticos VO. Algunas pacientes con metritis que no responden en las primeras 24 a 48 h tienen enterococos, por lo ...