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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO

  • Irritación vaginal.

  • Prurito.

  • Secreción transvaginal inusual o fétida.

GENERALIDADES

La inflamación y la infección de la vagina son problemas ginecológicos frecuentes, resultado de una variedad de patógenos, reacciones alérgicas a los anticonceptivos vaginales u otros productos, atrofia vaginal o la fricción durante el coito. El pH normal de la vagina es ≤ 4.5 y los microorganismos predominantes pertenecen al género Lactobacillus. Es posible que se confundan las secreciones normales durante la fase media del ciclo o el embarazo con vaginitis.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS

Cuando la paciente presenta irritación vaginal, dolor o secreción inusual o fétida, debe obtenerse una anamnesis exhaustiva y documentar el inicio del último periodo menstrual; actividad sexual reciente; uso de anticonceptivos, tampones o duchas; cambios recientes en fármacos o administración de antibióticos, y ardor vaginal, dolor, prurito o una secreción abundante inusual o fétida. La exploración física debe incluir inspección cuidadosa de la vulva y revisión con espéculo de la vagina y cuello uterino. Se puede obtener una muestra vaginal, cervical o de orina para la detección de infección gonocócica y por Chlamydia, si está indicado clínicamente. Debe realizarse una valoración en busca de levaduras, vaginosis bacteriana y tricomonas. Se mide el pH vaginal, que en infecciones por tricomonas y en la vaginosis bacteriana, por lo general es > 4.5. A continuación debe realizarse exploración bimanual en busca de evidencia de infección pélvica, a saber, dolor durante la exploración ginecológica o a la movilización del útero o sobre los anexos. Se pueden practicar pruebas directas en el sitio de atención para identificar los tres microorganismos que causan vaginitis y puede utilizarse si no se dispone de microscopio o como un estudio confirmatorio.

A. Candidosis vulvovaginal

El embarazo, la diabetes y el uso de antibióticos de amplio espectro o glucocorticoides son factores predisponentes para sufrir infecciones por Candida. El calor, la humedad y las ropas ajustadas también contribuyen al riesgo. Se presentan prurito, eritema vulvovaginal y una secreción blanquecina parecida al requesón, no fétida (fig. 18–2). El examen al microscopio con adición de hidróxido de potasio al 10% muestra filamentos y esporas (eFig. 18–16). Se pueden usar un hisopo para cultivos o pruebas con PCR si se sospecha Candida pero no está demostrada.

Figura 18–2.

Candidosis cervicouterina. (Con autorización de Public Health Image Library, CDC.)

eFigura 18–16.

Preparación con KOH muestra hifas ramificadas y levaduras de Candida albicans en gemación. (Reproducida con autorización de DeCherney AH, Pernoll ML [editores]. Current Obstetrics & Gynecology Diagnosis & Treatment, 8th ed. Originally published by Appleton & Lange. Copyright © 1994 by The McGraw-Hill Companies, Inc.)

B. Vaginitis ...

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