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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
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La dracunculiosis es causada por el nematodo Dracunculus medinensis, o lombriz de Guinea. En la zona rural de África, causa úlceras cutáneas crónicas con salida de gusanos. Solía ser una causa importante de discapacidad, pero los esfuerzos recientes para contenerla han tenido resultados excelentes. Su frecuencia anual ha disminuido de 3.5 millones de casos a finales de la década de 1980 a 126 casos notificados en el 2014, y a 22 en el 2015. Sin embargo, a medida que se acerca más su eliminación, los avances se han estancado, con 30 casos informados en 2017, 28 en 2018 y 54 en 2019; estos casos provinieron de sur de Sudán, Malí, Chad, Etiopía y Angola. De manera notable, el primer caso reportado en Angola ocurrió en 2018. Resulta preocupante la detección de infección en perros y gatos domésticos en países endémicos.
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La infección ocurre después de consumir agua que contiene al hospedador intermedio infectado, el crustáceo Cyclops (conocido como copépodo o pulga acuática). En el estómago, las larvas abandonan a los copépodos y emigran a través de la mucosa intestinal hasta el retroperitoneo, donde se aparean. Luego, las hembras migran hacia el tejido subcutáneo, por lo general de las piernas, a lo largo de un año (eFig. 35–38). Entonces, se forma una úlcera subcutánea (eFig. 35–39). Al contacto con el agua, el parásito despide un gran número de larvas, que son ingeridas por los copépodos. Las lombrices adultas, que llegan a medir hasta un metro de largo, son expulsadas de forma gradual. La muerte y desintegración de las lombrices en los tejidos provoca una reacción inflamatoria pronunciada.
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