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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
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Conjuntivitis que progresa a ceguera.
Prurito intenso; escoriaciones cutáneas, engrosamiento de la piel y despigmentación, así como nódulos subcutáneos.
Microfilarias detectadas en cortes de piel y por exploración con lámpara de hendidura; gusanos adultos en nódulos subcutáneos.
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La oncocercosis, o ceguera de río, es la enfermedad causada por Onchocerca volvulus. Se calcula que hay 37 millones de personas parasitadas, de las cuales tres a cuatro millones tienen afectación cutánea, 500 000 sufren daño visual grave y 300 000 están ciegas. Más de 99% de las parasitosis se localizan en África, al sur del Sahara, sobre todo en la sabana del occidente africano, con cerca de la mitad de los casos en Nigeria y el Congo. En algunas villas africanas hiperendémicas, casi la totalidad de los individuos están parasitados y 10% o más de la población es ciega. La enfermedad también es frecuente en el suroeste de la península arábiga y en Latinoamérica, incluidos México, Guatemala, Venezuela, Colombia, Ecuador y el noroeste de Brasil. Los vectores de esta enfermedad son las moscas del género Simulium (jejenes). Se reproducen en las corrientes rápidas y pican durante el día.
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Después de la picadura de un jején infectado, las larvas se depositan en la piel (eFigura 35–48), donde se convierten en adultos después de seis a 12 meses. Los gusanos adultos viven en el tejido conjuntivo subcutáneo o en nódulos musculares por un decenio o más. Las microfilarias se liberan de los nódulos y migran por los tejidos subcutáneo y ocular. La enfermedad se debe a las respuestas ante los gusanos y las bacterias intracelulares Wolbachia.
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