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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
Las hepatitis A y E, que se transmiten por vía fecal-oral, son autolimitadas y rara vez causan infección crónica.
Las hepatitis B, C y D se adquieren por vía percutánea o sexual; todas tienen potencial de generar una infección crónica.
La infección por hepatitis D aparece sólo en un hospedero con hepatitis B concurrente.
Los cinco virus de la hepatitis pueden causar insuficiencia hepática aguda.
Las pruebas de diagnóstico apropiadas para diferentes cuadros clínicos detectan antígenos y anticuerpos virales específicos en suero mediante inmunoanálisis susceptible, y DNA/RNA viral con estudios de amplificación susceptibles (p. ej., reacción en cadena de la polimerasa [PCR]).
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Consideraciones generales
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Si bien los virus de la hepatitis se han caracterizado ampliamente, el conocimiento de la patogenia, el diagnóstico y el tratamiento de la hepatitis viral crónica continúa en evolución. Se dispone de análisis susceptibles y específicos para las cinco formas (A-E) de hepatitis viral (cuadro 41–1). Sin embargo, alrededor de 5 a 10% de los casos de hepatitis infecciosa aguda aparente no pueden atribuirse a ninguna de las hepatitis virales fácilmente identificables, y casi 50% de los casos de insuficiencia hepática aguda no se imputan a una causa específica. Si los virus adicionales no identificados causan hepatopatía aguda o crónica todavía es una pregunta sin respuesta. Este capítulo se centra en las características clínicas de los cinco virus de hepatitis conocidos, de la hepatitis A a la E, que son las causas de la mayoría de los casos reconocidos de hepatitis viral aguda y crónica (cuadro 41–2).
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