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La pelvis está formada por el isquion, los huesos púbicos y el ilion, que se conectan con el sacro por medio de las articulaciones sacroiliacas (articulaciones SI). Esto forma una estructura anular. Los huesos púbicos están unidos en sentido anterior por la sínfisis del pubis y forman el anillo anterior. El anillo posterior está formado por el sacro, las articulaciones sacroiliacas y los huesos iliacos. Para alterar este anillo suele ser necesario aplicar una fuerza considerable, lo que puede ocurrir en accidentes en vehículos motorizados o traumatismos similares de alta energía. Una estructura anular suele romperse en más de un lugar, por lo que es importante examinar cuidadosamente todo el anillo en busca de una segunda lesión una vez que se encuentra una fractura. La segunda lesión no tiene por qué ser una fractura; puede ser una alteración de las articulaciones sacroiliacas o de la sínfisis del pubis (fig. 3–1).
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Para diagnosticar las fracturas acetabulares (fig. 3–2), es importante diferenciar entre las fracturas de la pared acetabular, de la columna o una combinación de fracturas de la pared y de la columna. En resumen, la columna anterior se extiende desde la cresta iliaca hasta la sínfisis del pubis e incluye la pared anterior. La columna posterior se extiende desde la escotadura glútea superior hasta la tuberosidad isquiática e incluye la pared posterior. El techo acetabular es la porción superior del acetábulo que soporta el peso y contribuye a las columnas anterior y posterior.1,2,3 Para una valoración radiográfica adecuada, se obtienen proyecciones oblicuas en ángulo bilateral, las llamadas “proyecciones de Judet”, además de la radiografía anteroposterior estándar, porque las columnas anterior y posterior se visualizan mejor en las proyecciones de Judet. Todas las fracturas acetabulares, incluidas las reconstrucciones transversales, se valoran con tomografía computarizada, ya que este método proporciona información detallada sobre el número, tamaño y desplazamiento de los fragmentos de la fractura. Las fracturas acetabulares son resultado de traumatismos de alta energía, como las colisiones de vehículos de motor o una caída de altura. La más compleja de las fracturas acetabulares se produce cuando están implicadas tanto la columna acetabular anterior como la posterior. Ambas columnas están separadas entre sí y del esqueleto axial, lo que da lugar a un acetábulo “flotante”. El signo del espolón4 observado en una proyección oblicua del obturador es un ...