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Este capítulo pretende servir como introducción básica a la valoración radiográfica de la artritis. Existen textos de referencia y libros dedicados al tema, entre ellos los de Resnick1 y Brower,2 que son excelentes referencias para los lectores interesados en profundizar en su estudio. Este capítulo es rico en imágenes, centrándose en las radiografías, con cierta atención a la tomografía computarizada y la resonancia magnética. Se presenta revisión sobre artritis, que se continúa con una revisión de la infección musculoesquelética.
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La osteoartrosis es la enfermedad articular más común en todo el mundo, y afecta a más de la mitad de la población de edad avanzada. La osteoartrosis es sobre todo una enfermedad del cartílago; los cambios óseos representan secuelas posteriores del cartílago dañado. La enfermedad se diagnostica por los hallazgos radiográficos y clínicos, como el dolor y la rigidez articular. No existen biomarcadores séricos específicos. La osteoartrosis se ha subdividido tradicionalmente en formas primaria y secundaria en función de la causa. En la osteoartrosis primaria, no se puede identificar ninguna causa subyacente específica de la enfermedad articular. Cuando puede identificarse un factor causal, se utiliza el término osteoartrosis secundaria. Cualquier acontecimiento o enfermedad que provoque la pérdida y destrucción del cartílago puede dar lugar a una osteoartrosis secundaria, incluidos los traumatismos o las artritis inflamatorias como la artritis reumatoide. A menudo, la causa subyacente en los casos de osteoartrosis secundaria puede deducirse mediante un examen minucioso en busca de antiguas deformidades traumáticas o erosiones de artritis inflamatoria. A pesar del subtipo, las características radiográficas de estrechamiento asimétrico del espacio articular, esclerosis subcondral, presencia de osteofitos y formación de quistes subcondrales siguen siendo las mismas.
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El estrechamiento del espacio articular, resultado de la pérdida progresiva del cartílago articular, no es específico de la osteoartrosis pero ayuda a clasificar la gravedad de la enfermedad. En la mayoría de las articulaciones artrósicas, la pérdida de cartílago no es uniforme, siendo las regiones de la articulación que soportan peso o expuestas a fuerzas anormales las que se estrechan de forma más significativa. Con la pérdida progresiva de cartílago, el hueso subcondral queda expuesto a fuerzas anormales que dan lugar a una remodelación, manifestada radiográficamente como esclerosis. Pueden formarse quistes subcondrales o geodas, que son zonas de reabsorción ósea subcondral focal. Una explicación de la formación de estos quistes en la osteoartrosis es que al formarse fisuras u hoyuelos en el cartílago articular, el líquido sinovial se extruye a través de estos defectos hacia el hueso subcondral, formando un quiste. Los quistes subcondrales, o geodas, no son exclusivos de la osteoartrosis. Otras artropatías que pueden provocar geodas son la artritis reumatoide, la enfermedad por depósito de pirofosfato cálcico y la artropatía hemofílica. Los osteofitos se forman en los bordes del cartílago articular degradado y actúan para aumentar la superficie y proporcionar estabilidad a una articulación dañada. A ...