TY - CHAP M1 - Book, Section TI - Otras enfermedades anales: Fisuras, abscesos, prurito A1 - McQuaid, Kenneth R. A2 - Papadakis, Maxine A. A2 - McPhee, Stephen J. A2 - Rabow, Michael W. Y1 - 2021 N1 - T2 - Diagnóstico clínico y tratamiento 2021 AB - Las fisuras anales son úlceras lineales o en forma de cohete, por lo general de < 5 mm de largo (eFig. 15–40). Se piensa que casi todas las fisuras se originan por traumatismo del conducto anal durante la defecación, tal vez causado por esfuerzo, estreñimiento o tono elevado del esfínter interno. Ocurren con mayor frecuencia en la línea media posterior, pero 10% se presenta en la parte anterior. Las fisuras que ocurren fuera de la línea media deben suscitar la sospecha de enfermedad de Crohn, VIH/sida, tuberculosis, sífilis o carcinoma anal. Los pacientes se quejan de dolor desgarrador, muy intenso, durante la defecación seguido de molestia palpitante que puede dar lugar a estreñimiento por temor a que recurra el dolor. Puede haber rectorragia leve concurrente, con sangre en las heces o el papel sanitario. Para confirmar las fisuras anales se inspecciona el borde anal al tiempo que se separan con suavidad los glúteos. Las fisuras agudas se ven como grietas en el epitelio. Las crónicas originan fibrosis y el desarrollo de apéndices cutáneos en el borde más externo (hemorroide centinela). El tacto rectal y la exploración anoscópica pueden causar dolor intenso y quizá no puedan realizarse. El tratamiento médico se dirige a facilitar defecaciones indoloras, sin esfuerzo. Deben prescribirse complementos de fibra y baños de asiento. Los anestésicos tópicos (lidocaína al 5%; lidocaína al 2.5% más prilocaína al 2.5%) pueden producir alivio temporal. Con el tratamiento conservador ocurre cicatrización en dos meses hasta en 45% de los pacientes. Las fisuras crónicas pueden tratarse con nitroglicerina tópica al 0.2% a 0.4%, con ungüento de diltiazem al 2% o con nigedipina al 0.5% (1 cm de ungüento) aplicado cada 12 h justo en el interior del ano con la punta de un dedo por cuatro a ocho semanas o bien con la inyección de toxina botulínica (20 unidades) en el esfínter anal. Todos estos tratamientos producen cicatrización en 50% a 80% de los individuos con fisuras anales crónicas, pero aparecen cefaleas hasta en 40% de los pacientes tratados con nitroglicerina. Las fisuras pueden reaparecer hasta en 40% de los individuos después del tratamiento. Para las fisuras crónicas o recurrentes puede realizarse esfinterotomía lateral interna; sin embargo, una complicación de este procedimiento es la incontinencia menor. SN - PB - McGraw-Hill Education CY - New York, NY Y2 - 2024/04/17 UR - accessmedicina.mhmedical.com/content.aspx?aid=1179971123 ER -