TY - CHAP M1 - Book, Section TI - Absceso y Celulitis Periamigdalinos A1 - Lustig, Lawrence R. A1 - Schindler, Joshua S. A2 - Papadakis, Maxine A. A2 - McPhee, Stephen J. A2 - Rabow, Michael W. PY - 2021 T2 - Diagnóstico clínico y tratamiento 2021 AB - Cuando la infección penetra la cápsula amigdalina y abarca los tejidos circundantes, ocurre celulitis periamigdalina. El absceso y la celulitis periamigdalinos (quinsy) se manifiestan con dolor faríngeo intenso, odinofagia, trismo, desviación medial del paladar blando y el pliegue periamigdalino y voz anormal que suena amortiguada (“papa caliente”). Después del tratamiento, suele resolverse la celulitis periamigdalina en el transcurso de varios días o evolucionar a un absceso periamigdalino (eFig. 8–7). Para confirmar la existencia del absceso, se aspira pus del pliegue periamigdalino justo por arriba y adentro del polo superior de la amígdala (eFig. 8–8). Debe pasarse una aguja número 19 o 21 a una profundidad no mayor de 1 cm porque es posible que la arteria carótida interna esté situada hacia la línea media de su localización habitual y pase por atrás y en la profundidad de la fosa amigdalina. Con frecuencia, los pacientes con absceso periamigdalino acuden al servicio de urgencias y se les administra una dosis parenteral de amoxicilina (1 g), amoxicilina-sulbactam (3 g) o clindamicina (600 a 900 mg). Los casos menos graves y en pacientes que toleran los antibióticos por VO, pueden tratarse con antibióticos VO por siete a 10 días, que incluyen amoxicilina, 500 mg cada 8 h; amoxicilina-clavulanato, 875 mg cada 12 h, o clindamicina, 300 mg cada 6 h. En términos generales hay buena aceptación de la antibioticoterapia, aunque ha surgido controversia en cuanto al tratamiento quirúrgico de los abscesos periamigdalinos. Las técnicas incluyen aspiración con aguja, incisión y drenaje y amigdalectomía. Algunos médicos abren y drenan el área y continúan con antibióticos parenterales, en tanto que otros sólo aspiran y ofrecen vigilancia ambulatoria. Es apropiado considerar una amigdalectomía inmediata (“amigdalectomía por absceso amigdalino”) para drenar el absceso y evitar recurrencias. Casi 10% de pacientes con absceso periamigdalino tiene indicaciones relativas para amigdalectomía. Las tres conductas son eficaces y cuentan con sustento bibliográfico. Sin importar el método utilizado, es necesario tener la seguridad de tratar de forma adecuada el absceso, porque es posible la aparición de complicaciones, como extensión a los espacios retrofaríngeo, profundo del cuello y mediastínico posterior. Las bacterias también pueden aspirarse a los pulmones y causar neumonía. Hay controversia sobre si un solo absceso constituye indicación suficiente para realizar amigdalectomía; cerca del 30% de personas entre 17 y 30 años a quienes no se practicó dicha operación planeada con oportunidad después de absceso periamigdalino, al final se sometieron a intervención quirúrgica y se extirparon las amígdalas sólo en 13% de quienes tenían más de 30 años. SN - PB - McGraw-Hill Education CY - New York, NY Y2 - 2024/03/28 UR - accessmedicina.mhmedical.com/content.aspx?aid=1180099207 ER -