RT Book, Section A1 Sánchez, Elizabeth Ortiz A1 Ruiz, Graciela A1 Carrancá, Alejandro García A2 Herrera-Gómez, Ángel A2 Ñamendys-Silva, Silvio A. A2 Meneses-García, Abelardo SR Print(0) ID 1150223363 T1 Células madre cancerosas: su relevancia clínica para el diagnóstico y tratamiento del cáncer T2 Manual de Oncología, 6e YR 2018 FD 2018 PB McGraw-Hill Education PP New York, NY SN 9781456254711 LK accessmedicina.mhmedical.com/content.aspx?aid=1150223363 RD 2024/09/07 AB Se halla bien establecido que el cáncer tiene un origen multifactorial, pero son hoy en día cada vez más las opiniones que colocan a las células madre en el origen de la mayoría de los tumores que afectan al ser humano. Es bien sabido que se requieren diversas alteraciones genéticas y epigenéticas en un conjunto de genes y circuitos que modulan el crecimiento y la muerte de las células para que se desarrolle un tumor. Además, se sabe desde hace mucho tiempo que los tumores presentan una heterogeneidad que los caracteriza y que en muchas ocasiones permite predecir su comportamiento. Ahora bien, existen al menos tres teorías que consideran la forma en que los tumores crecen y se diseminan al producir metástasis, que en la mayoría de los casos son las causantes de la muerte de los pacientes. La primera teoría, llamada estocástica, establece que casi todas las células que conforman la masa tumoral (sea en el sistema hematopoyético o en un tejido sólido) tienen la capacidad para continuar su desarrollo y generar metástasis, y que son las características particulares de las distintas células que conforman el tumor las que definen cuáles de ellas contribuyen a su crecimiento. La segunda teoría considera que la heterogeneidad obedece a mutaciones y alteraciones epigenéticas que sufren las células de un tumor y que permiten la generación de clones; éstos adquieren capacidades novedosas para crecer y generar las respectivas metástasis. Por último, la tercera teoría considera que los tumores están constituidos por grupos o clases de células ordenadas por jerarquía, donde las que se encuentran delante son las que generan una progenie que se amplifica de forma transitoria y sufre un proceso de diferenciación aberrante, propia del tumor en cuestión (figura 7-1). Este modelo considera que estas células, llamadas células madre cancerosas (CMC), son las que mantienen la capacidad de crecimiento tumoral y generación de metástasis. Por ello, es probable que las CMC se encuentran no sólo en el "corazón" del cáncer y sus metástasis sino también en su origen y desarrollo.