RT Book, Section A1 Yancey, Kim B. A1 Lawley, Thomas J. A2 Loscalzo, Joseph A2 Fauci, Anthony A2 Kasper, Dennis A2 Hauser, Stephen A2 Longo, Dan A2 Jameson, J. Larry SR Print(0) ID 1192776791 T1 Estudio del paciente con enfermedades de la piel T2 Harrison. Principios de Medicina Interna, 21e YR 2022 FD 2022 PB McGraw-Hill Education PP New York, NY SN 9781264540259 LK accessmedicina.mhmedical.com/content.aspx?aid=1192776791 RD 2024/03/28 AB El reto en la exploración de la piel radica en diferenciar entre datos normales y anormales, entre hallazgos significativos y triviales y en integrar los signos y síntomas pertinentes en un diagnóstico diferencial apropiado. El hecho de que el órgano más grande del cuerpo sea visible constituye tanto una ventaja como una desventaja para el médico. Es una ventaja porque no se necesitan instrumentos especiales y porque puede obtenerse una biopsia de la piel con baja morbilidad. Sin embargo, el observador casual puede confundirse con diversos estímulos y pasar por alto signos sutiles e importantes de enfermedades sistémicas o de la piel. Por ejemplo, puede resultar difícil reconocer diferencias menores en el color y la forma del melanoma (fig. 56–1) de un nevo melanocítico benigno (fig. 56–2). Se han creado diversos términos descriptivos para identificar las lesiones cutáneas (cuadros 56–1, 56–2 y 56–3; figura 56–3), que ayudan a interpretarlas y a formular el diagnóstico diferencial (cuadro 56–4). Por ejemplo, una pápula con descamación, que se observa en la psoriasis o en la dermatitis atópica, coloca al paciente en una categoría diagnóstica diferente que una pápula hemorrágica, la cual podría indicar vasculitis o septicemia (figs. 56–4 y 56–5, respectivamente). También es importante distinguir entre lesiones cutáneas primarias y secundarias. Si el médico se centra en las erosiones lineales que se extienden sobre una zona de eritema y descamación, puede suponer de manera errónea que la erosión es la lesión primaria y que el eritema y la descamación son secundarios, aunque la interpretación correcta sería que el paciente padece una dermatitis eccematosa pruriginosa y las erosiones han sido producidas por el rascado.