RT Book, Section A1 Nemer, Jacqueline A. A1 Juarez, Marianne A. A2 Papadakis, Maxine A. A2 McPhee, Stephen J. A2 Rabow, Michael W. A2 McQuaid, Kenneth R. SR Print(0) ID 1192416206 T1 Congelación T2 Diagnóstico clínico y tratamiento 2022 YR 2022 FD 2022 PB McGraw-Hill Education PP New York, NY SN 9781264664764 LK accessmedicina.mhmedical.com/content.aspx?aid=1192416206 RD 2024/10/15 AB La congelación es una lesión por enfriamiento y formación de cristales de hielo en el tejido. Se pueden dividir en cuatro niveles, o “grados” de lesión, los cuales pueden ser establecidos por diferencias en las imágenes después del recalentamiento. De manera alternativa, se puede utilizar una clasificación de dos niveles en el campo después del recalentamiento y antes de la obtención de imágenes. La congelación de primer grado produce entumecimiento y eritema; las áreas lesionadas pueden mostrar desprendimiento epidérmico leve sin muerte de tejido macroscópico. Las lesiones de segundo grado presentan vesiculación cutánea superficial con ampollas llenas de líquido claro o lechoso rodeadas de eritema y edema. La congelación de tercer grado produce ampollas hemorrágicas más profundas, que se extienden por debajo del plexo vascular dérmico. Las lesiones de cuarto grado se extienden completamente a través de la dermis y la necrosis se extiende al músculo y al hueso. La clasificación de dos niveles (similar a las quemaduras térmicas) incluye superficiales (lesiones de primer y segundo grado) con ninguna o mínima pérdida de tejido anticipada; y profundas (lesiones de tercer y cuarto grado) con pérdida de tejido anticipada. Gran parte de la destrucción hística ocurre después de la reperfusión de los tejidos congelados en que hay daño de las células endoteliales y trombosis microvascular progresiva, que agrava la lesión de los tejidos. En casos leves, solo hay afectación de la piel y planos subcutáneos, y las manifestaciones son insensibilidad, sensaciones punzantes, prurito y palidez (eFig. 37–1). Al agravarse la lesión, la congelación más honda afecta estructuras profundas. La piel tiene aspecto pálido o amarillento, pierde su elasticidad y se torna inmóvil. Pueden surgir edema, ampollas hemorrágicas, necrosis, gangrena, parestesias y rigidez (eFig. 37–2).