RT Book, Section A1 Zúñiga, Rafael Barreto A2 Nahum, Méndez-Sánchez SR Print(0) ID 1194025029 T1 Cáncer de esófago T2 Gastroenterología, 4e YR 2022 FD 2022 PB McGraw-Hill Education PP New York, NY SN 9786071517944 LK accessmedicina.mhmedical.com/content.aspx?aid=1194025029 RD 2024/03/29 AB El cáncer de esófago (CE) es una neoplasia maligna que se caracteriza por su alta mortalidad, debido al mal pronóstico al momento del diagnóstico. Tiene importantes variaciones geográficas en el mundo, en incidencia, mortalidad, e histología. El CE constituye más de 500 mil muertes al año, lo cual representa 5.3% de todos los casos de muerte global y tiene variación significativa en todo el mundo.1 El cáncer de células escamosas o cáncer epidermoide (CCE) es el tipo histológico con mayor prevalencia, mientras que en Estados Unidos y otros países occidentales tienen el adenocarcinoma esofágico (ACE).2,3 El ACE tiene una mejor sobrevida que el CCE, particularmente en etapas tempranas de la enfermedad,2 este se ha relacionado con esófago de Barrett (EB) y típicamente ocurren en el tercio distal del esófago y la unión esofagogástrica, aunque el mecanismo exacto de transformación maligna aún no se sabe con exactitud. El EB aumenta el riesgo del ACE en 30–40 veces más.4 Sin embargo, el CCE típicamente se encuentra en el tercio proximal del esófago.3 De acuerdo con datos del Global Cancer Observatory (GLOBOCAN) para el 2018, el CE fue el octavo cáncer más frecuente y el sexto en mortalidad en todo el mundo.1,2 El CE presenta una alta mortalidad debido a la no detección temprana y al momento del diagnóstico solo 18% se encuentra localizado de manera incipiente Se han demostrado metástasis en 40% de casos. En 1975, menos de 5% de pacientes contaba con cinco años de sobrevida, actualmente excede de 20% en algunas partes del mundo.4,5 La compleja anatomía del mediastino y unión esofagogástrica presentan una alta tasa de recurrencia,3 posiblemente con un mejor entendimiento de la etiología y factores de riesgo de esta neoplasia se podría permitir modificar estilos de vida y diagnóstico precoz. El diagnóstico y tratamiento de esta neoplasia hace necesario un abordaje multidisciplinario. A pesar de los avances en cirugía, quimioterapia y radioterapia, el pronóstico del CE continúa con tasas bajas de sobrevida. Para mejorar el mal pronóstico de pacientes con este padecimiento es necesario desarrollar tácticas de prevención y detección tempranas, ya que es la única manera de plantear una estrategia quirúrgica adecuada y potencialmente curativa.