RT Book, Section A1 Haynes, Andrew S. A1 MacBrayne, Christine E. A1 Child, Jason A1 Parker, Sarah K. A2 Bunik, Maya A2 Hay, William W. A2 Levin, Myron J. A2 Abzug, Mark J. SR Print(0) ID 1197505285 T1 Tratamiento antimicrobiano T2 Diagnóstico y tratamiento pediátricos, 26e YR 2022 FD 2022 PB McGraw-Hill Education PP New York, NY SN 9781264752348 LK accessmedicina.mhmedical.com/content.aspx?aid=1197505285 RD 2024/04/19 AB El descubrimiento y el rápido desarrollo de agentes antimicrobianos específicos, a partir de la década de 1930, se encuentran entre los avances científicos más importantes de la medicina del siglo XX. Estos medicamentos cambiaron para siempre la práctica de la medicina, y los antimicrobianos se mantienen como una de las intervenciones médicas más efectivas y de más amplio uso. Sin embargo, elegir un antimicrobiano apropiado puede ser una tarea compleja y difícil. Su uso óptimo requiere la apreciación de las complicadas interacciones entre huésped, microorganismo y fármaco. Este proceso de toma de decisiones, que se resume en el cuadro 39–1, comienza con un diagnóstico de trabajo preciso, con base en la anamnesis del paciente, exploración física, antecedente de la exposición y pruebas de laboratorio iniciales. A partir de esta base, el médico debe considerar los organismos más probables y el patrón potencial de susceptibilidad antimicrobiana de ese microorganismo. Esta información se considera en el contexto de numerosos factores específicos del paciente, como edad, estado inmunitario, comorbilidades relevantes, lugar de la infección, exposición previa a los antimicrobianos y la microbiología de las infecciones previas del paciente. Las diferentes exposiciones, basadas en el medio ambiente, viajes, dieta, contacto con animales o los contactos cercanos con enfermos, pueden sugerir mayor probabilidad de ciertos agentes infecciosos. El ritmo y la gravedad de la enfermedad también son importantes. Una enfermedad grave y de rápida progresión, debe tratarse con antimicrobianos de amplio espectro hasta que se realice un diagnóstico etiológico específico. Un paciente ambulatorio con un padecimiento leve debe recibir tratamiento con antimicrobianos de espectro reducido, según las pautas nacionales, cuando están disponibles. No obstante, las decisiones de cuándo no usar antimicrobianos son de igual importancia, ya que los medicamentos innecesarios o adicionales y de mayor duración pueden ser dañinos. Un paciente que tal vez no tenga una infección, o con una infección que quizá no se beneficie de los antimicrobianos (p. ej., una infección respiratoria viral), debe evitar el riesgo adicional de una reacción adversa.