RT Book, Section A1 Flechner, Stuart M. A2 McAninch, Jack W. A2 Lue, Tom F. SR Print(0) ID 1119289755 T1 Trasplante renal T2 Smith y Tanagho. Urología general, 18e YR 2015 FD 2015 PB McGraw-Hill Education PP New York, NY SN 9786071509789 LK accessmedicina.mhmedical.com/content.aspx?aid=1119289755 RD 2024/04/25 AB El primer trasplante de riñon que se realizó con éxito de un donador vivo a su gemelo idéntico se hizo en 1954. Desde entonces, el trasplante de riñón ha pasado de ser un procedimiento experimental a representar el método preferido de tratamiento de reemplazo renal en todo el mundo. Hay tres razones principales para la aceptación mundial del trasplante renal: 1) los receptores disfrutan una prolongación de la supervivencia en comparación con diálisis (Wolfe, et al., 1999); 2) los receptores reportan una mejoría en la calidad de vida (Joseph, et al., 2003), y 3) es menos costoso que la diálisis (USRDS, 2010). A finales de 2010, en Estados Unidos había casi 382 000 pacientes que recibían tratamiento de diálisis, con un índice de incidencia de casi 342 por millón de personas en la población, y más de 165 000 vivían con un riñón trasplantado (USRDS, 2010). En 2010 se realizaron 16 889 trasplantes de riñón en dicho país, 10 622 de donadores cadavéricos y 6 277 de donadores vivos (página Web de UNOS). Sin embargo, más de 88 847 pacientes estaban esperando un riñón, y la brecha entre el número de personas que espera y de órganos disponibles se agranda cada año (Wolfe, et al., 2010). En la actualidad, la supervivencia a 1 y 5 años de injerto de riñón va de 89 a 95% y 66 a 80%, dependiendo del origen del donador (figura 36.1). Las principales razones que llevan a resultados mejorados son inmunodepresión más potente, pero selectiva, mejores técnicas quirúrgicas, tipificación y pruebas cruzadas más sensitivas, y mejor profilaxis y tratamiento de infecciones mórbidas. También hay un consenso creciente de que el trasplante preferente, inmediato, antes de la necesidad de diálisis, es ventajoso, lo que reduce en gran medida la morbilidad y aun la mortalidad (Kasiske, et al., 2002).